Constantemente nos quejamos o escuchamos a otros quejarse por lo miserable que es su trabajo; y tal vez el estar sentado tras un escritorio de 9 a 5, de lunes a viernes, y los sábados medio día sí suene como a estar vendiendo el alma y los sueños, pero, créeme: hay trabajos todavía peores… mucho peores.
Brendan Walsh es dueño de la empresa de Buceo y Salvamento East-West, pero si piensas que se trata de organizar tours por los mares para turistas con mucho dinero, estás muy equivocado: los empleados llevan trajes totalmente sellados y se lanzan en busca de elementos que podrían perderse… en las aguas residuales. Así es, diariamente este hombre se convierte en una especie de cazador de tesoros, pero no en el mar Caribe sino entre los mares que forman los deshechos humanos vertidos a través de sus baños…
“Sin duda no es un trabajo para los débiles de corazón. Es más complicado que el buceo normal y no puedes ver nada, no importa lo que pase. Es más como caminar que nadar cuando estás ahí”.
Sin embargo, Brendan afirma que ama su trabajo, ya que siempre encuentra una serie de “elementos extraños”, además de los “elementos extraños” entre los que flota, por supuesto. Asegura que ha encontrado un sinnúmero de dientes falsos, pero también cientos de productos de higiene masculina y femenina. A medida que sale de ese mar de deshechos, a menudo se ven condones colgando de él.
“Es oro café. Como nadie quiere tocar la m****a, gano más dinero. Encuentro ahí toda clase de cosas. Muchos condones, mucha ropa interior de hombre. Creo que en los asilos la echan por el excusado cuando ocurren accidentes. También he aprendido que la gente no mastica el elote”.
No sabemos cómo calificar esas declaraciones, pero lo cierto es que no solo necesitas un corazón fuerte, sino un estómago a prueba de todo, para realizar este trabajo.
Brendan dice que nunca se ha enfermado debido a su trabajo, y tampoco le asusta la idea de contraer alguna enfermedad. Además, en entrevista para Vice ha revelado otros hechos interesantes de su trabajo…
“Lo hago porque en Australia no se procesa el drenaje con químicos. Se usan unas mezcladoras enormes que gasifican los sólidos 24 horas al día con bacterias que los deshacen. Es un ambiente muy agresivo y las piezas móviles se rompen a cada rato”.
“Todos los motores están en los estanques y la única manera de llegar a ellos es entrando. Allá adentro todo se ve negro, por lo que tenemos que hacer todo con el tacto. Las estaciones depuradoras toman miles de fotos a sus instalaciones antes de llenar los estanques, así que vemos las fotos con mucha atención antes de entrar. Después, el buzo hace las reparaciones en la oscuridad mientras habla con los empleados que están en la superficie. Todos los trajes de buzo están conectados por radio para poder dar indicaciones en tiempo real”.
“El proceso de limpieza y depuración es increíblemente minucioso. Como dije, el peor trabajo les toca a las personas que nos limpian a nosotros. En realidad, bucear en el drenaje no te expone a lo que hay dentro”.
“Siempre me ha gustado mi trabajo. Desde hace mucho soy un buzo apasionado y también soy mecánico. En realidad no he dejado de trabajar ni un día en toda mi vida, porque lo que hago es mi pasión. Todos hacemos lo que nos apasiona. No se puede trabajar bien a menos que ames lo que haces”.