Los efectos benéficos del orgasmo en la salud de hombres y mujeres han sido comprobados por la ciencia. Sin embargo, existe un reducido número de hombres que han encontrado esta experiencia poca atractiva. No es que no les guste las artes amatorias o darse gusto por sí mismos, sino que cada vez que eyaculan tienen una reacción alérgica.
Por más increíble que parezca, las investigaciones médicas han arrojado a la literatura casos de hombres que tienen síntomas similares a los de una reacción alérgica cada vez que “se vienen”, ya sea en una relación sexual o jalando el cuello al ganso. Un caso seguido por el doctor Andrew Shanholtzer, de la Facultad de Medicina William Beaumont de la Universidad de Oakland, Estados Unidos, mostró el tratamiento de un hombre “alérgico” a sus orgasmos.
El paciente de 27 años dijo que presentaba síntomas similares a los de la gripe, así como erupciones en la piel cada vez que arrojaba los chamacos. El varón señaló que los problemas comenzaron cuando tenía 18 años, después de tratarse por una inflamación en el escroto. Además, tuvo una infección por clamidia dos años antes, tratada adecuadamente.
Al no poder concluir agradablemente sus interacciones sexuales, el joven decidió ya no tenerlas, ni siquiera pensar en tener una pareja. Los médicos no habían averiguado qué le pasaba, pero después de acudir con un grupo de especialistas, estos encontraron que la solución era un antihelmíntico de venta libre, que lo ayudó a mejorar en un 90 por ciento.
El diagnóstico dado por médicos fue síndrome de enfermedad posorgásmica (POIS, por sus siglas en inglés), un padecimiento poco conocido que causa disfunción sexual, principalmente en hombres. El síndrome se había atribuido a varias causas, entre ellas las psicológicas, pero los pocos casos documentados y los diferentes tratamientos experimentales dificultan su diagnóstico y tratamiento.
El detonante de las alergias es el propio semen de los pacientes. El 88 por ciento de los hombres con sospecha de POIS dieron positivo en pruebas cutáneas con sus propios fluidos diluidos. Algo estaba pasando en sus cuerpos que hacía que generaran una respuesta autoinmune a su semen.
Los espermatozoides son potencialmente inmunogénicos debido a una barrera especial. Hay células llamadas células de Sertoli que nutren y rodean a los espermatozoides para mantenerlos aislados de las células inmunitarias, las cuales están listas para atacar cualquier ente extraño en el cuerpo. Cuando las células de Sertoli se dañan, exponen el esperma al sistema inmunitario y este trata al esperma como si fuera un virus o una bacteria.
Sin embargo, otros pacientes afectados por POIS han presentado la misma respuesta inmunitaria a pesar de haberse sometido a la esterilización, por lo que los médicos suponen que el antígeno se encuentra en el líquido seminal y no en el semen.
Médicos en Países Bajos, encabezados por el médico Marcel D. Waldinger, que trataron a dos varones con POIS, utilizaron como tratamiento la hiposensibilización con el propio semen de los pacientes. Es decir, inyectaron de manera subcutánea pequeñas dosis del semen de los pacientes aumentando progresivamente la concentración conforme diera respuesta. Ambos hombres fueron tratados con éxito.