Existen muchos tipos que se desentienden de su responsabilidad como padres, eso es cierto; pero también hay otros hombres que a pesar de no tener el vínculo biológico se hacen cargo de los niños con todo el amor que tienen, sin importarles nada más que su desarrollo y felicidad.
Raphael Porto, brasileño, y AnaFlor, una pequeñita de 2 años, son los protagonistas de esta tierna historia que nos demuestra que no todo está perdido para la especie humana.
AnaFlor es hija de Bruna, una amiga muy cercana de Amanda, la novia de Raphael; sin embargo, el tipo con el que engendró a la pequeña nunca estuvo presente en sus vidas y no se hizo cargo de su responsabilidad como padre.
Como un dato adicional, en Brasil existe el registro de cerca de 5.5 millones de hijos sin padre, lo que parece una cifra muy alta; pero afortunadamente existen hombres como Raphael, que vienen a llenar esos vacíos en los pequeñitos.
Desde que se conocieron, este hombre y la niña establecieron una conexión que fue creciendo con el paso del tiempo. Raphael relató:
Solía ir mucho a la casa de Bruna porque es amiga de Amanda, y jugaba mucho con AnaFlor porque me encantan los niños. Hasta que un día me llamo papá en medio de todos los que estábamos en la habitación. Ella me eligió como su padre.
Se conocieron cuando ella tenía un año y 2 meses, y desde entonces la relación creció hasta convertirse en un sueño hecho realidad, porque Raphael deseaba ser padre y que su primera hija fuera una niña, así que todo estaba listo.
Raphael comentó:
Fue una mezcla de responsabilidad y realización de sueños. Al principio tuve ese asombro, ese miedo, pero al día siguiente estaba loco por verla de nuevo.
Mi padre siempre estuvo físicamente presente, pero no me prestaba atención; tuve abandono emocional. Crecer sin padre, por mucho que tu madre sea la mejor, es muy malo, y no quiero que nadie pase por eso.
El siguiente paso era hablar con su novia, porque no era fácil decirle que quería adoptar a la hija de su mejor amiga, y por supuesto, también con Bruna, la madre de AnaFlor. La respuesta de ellas, además de la familia y amigos fue muy positiva, e incluso lo alentaron a que lo hiciera.
Amanda comentó que se sentía feliz por esa decisión, y Raphael compartió un mensaje a través de redes sociales:
Me estaba cansando de que tanta gente se preguntara por qué lo hice y decidí explicarlo de inmediato en la red social; la repercusión fue muy grande de comentarios negativos, pero hubo más comentarios positivos. Mucha gente insinuó que yo era el padre biológico de AnaFlor, pero cuando entré en la vida de esta familia, AnaFlor ya había nacido.
Actualmente, como Raphael trabaja y estudia, durante la semana se mantiene en contacto con su hija a través de videollamadas, y los fines de semana se reúnen para realizar algunas actividades juntos.
Creo que será muy bueno para ella crecer sabiendo que tiene un padre, que tiene una figura paterna presente que la ayudará con todo lo que necesita; que vaya a sus eventos de la escuela; que no la dejará indefensa. Pensé muy poco en mí, solo en ella. En mi vida solo aumentaron los gastos y la preocupación, pero aumentó más el amor. Cuando recibes el amor de un niño completamente inocente, te sientes importante en su vida, que es lo más puro del mundo. No tiene precio. Que este sea un ejemplo para que los padres biológicos cuiden de sus hijos, y para que las personas adopten, porque hay tantos niños que necesitan amor y afecto en el mundo.
No queda más que brindarle un aplauso de pie a este hombre, que seguro será un gran padre para AnaFlor, pues tiene su amor puesto en ello.