Si te quejas de tu mala suerte, espera a que conozcas la historia de un hombre holandés que pasaba unos días en una reserva natural cuando fue mordido por una cobra mientras pasaba uno de los momentos más íntimos que puede tener un hombre: estar en el baño.
Lo peor, como si no fuera suficiente que una cobra interrumpa ese momento de encuentro con tu interior, es que le atinó la venenosa mordida justo en sus genitales. ¿Después de esto, todavía te vas a seguir quejando de que no te ha ido bien en la vida?
El hombre de 47 años se encontraba en una reserva natural en Sudáfrica y cuando estaba en el baño, escuchó un sonido. Al ver hacia abajo, vio la cabeza de la serpiente, la cual rápidamente lo atacó y clavó sus colmillos justo en sus genitales… ¡Ouch!
El hombre fue trasladado al hospital más cercano y aunque permanecía consciente, su área genital tenía una coloración púrpura y una inflamación que es síntoma de una “necrosis escrotal”. Hasta el puro nombre suena muy doloroso.
Por fortuna, la mordida de la cobra de hocico (Naja annulifera), la cual, hay que decirlo, no es agresiva, no causó daño neurológico en la víctima, pero sí le tuvieron que hacer diálisis para eliminar el daño renal por el veneno. Además, le retiraron el tejido dañado de los genitales y lo tuvieron que reemplazar por uno sano. Esto es algo que no se le desea a nadie.