¿Qué pensarías si le entregas un regalo a alguien, y ansiosamente destroza el papel de envoltura y levanta la tapa de la caja; pero a medida que examina el interior, su sonrisa se desvanece rápidamente, y finalmente te dice: “Sabes, este reloj realmente no es para mí. Aquí tienes, te lo puedes llevar de vuelta”?
Auch. Tal comportamiento es raro, y es posible que (afortunadamente) nunca hayas sido testigo o que tú lo hayas hecho. Sin embargo, la mayoría de nosotros hacemos regularmente algo muy similar cuando se trata de aceptar otro tipo de “regalos”: los elogios.
A pesar de que todos deberíamos dar más elogios, muchos batallamos para hacerlo y recibirlos. Sin embargo, aceptar elogios de manera amable puede ser un reto también. Estamos ansiosos por ellos y nos ponemos contentos cuando los damos, pero luego nos negamos a recibirlos. En lugar de aceptar los cumplidos con placer y aprecio, buscamos maneras de minimizarlos, rechazarlos y desviar su significado y valor.
Aprender cómo recibir un cumplido como todo un caballero es bastante fácil (incluso si el cambio de una conducta arraigada requiere algo de práctica). Simplemente tienes que entender: 1) la forma en que desprecias los cumplidos; 2) por qué tienes problemas para aceptarlos; y 3) por qué y cómo puedes reconocer y aceptar gentilmente los elogios de los demás.
10 maneras de despreciar un elogio
Los sociolingüistas señalan 3 categorías principales de respuestas ante un elogio: Aceptar, Desvíar y Rechazar. Estas categorías representan todo un espectro y la mayoría de las personas no se sienten incómodos en cualquiera de los extremos. La negación absoluta parece algo grosero, pero la plena aceptación puede percibirse como vanidad. Por lo tanto, la mayoría de la gente busca lo que parece ser un término medio seguro, la elección de una respuesta de desviación que diluye y mitiga el cumplido. Se ven los elogios como una papa caliente que necesita ser lanzada tan pronto como aterriza en sus manos.
En “El Libro de Trabajo de la Asertividad”, Randy Paterson enumera algunas de las diferentes formas en que rechazamos y desviamos cumplidos, a las que se añaden algunas más:
1. Ignorarlo
El destinatario ignora el cumplido, ya sea porque no lo oyó o porque no reconoce que está siendo felicitado.
Cumplido: “Jugaste muy bien hoy; fue una locura, estabas por toda la cancha”.
Respuesta: “Sí, estoy muy sediento. Vamos a pasar por algunos Gatorades de camino a casa”.
2. Negación
El destinatario niega el cumplido por completo.
Halago: “Ustedes sonaban tan bien esta noche”.
Respuesta: “Sí, claro. Sonamos como un desastre total”.
3. Discutir
El destinatario del elogio argumenta contra el merecimiento de este.
Elogio: “Es una visión muy profunda la que mostró en la clase”.
Respuesta: “En realidad no. Cualquiera que hubiera leído los casos anteriores habría llegado a la misma conclusión”.
4. Autoinsulto
El receptor resta importancia a los elogios al ofrecer comentarios autocríticos.
Halago: “Ese es un sombrero muy elegante”.
Respuesta: “Bueno, ¡necesito algo para alejar la atención de mi cara fea!”.
5. Cuestionar
El receptor hace preguntas y juicios hacia el emisor que ofrece el cumplido.
Cumplido: “Sus fotografías son sin duda lo mejor que se exhibe aquí”.
Respuesta: “¿Es una broma? ¿Usted no ha ido a muchas exposiciones de arte en su vida, verdad?”.
6. Minimizar
El receptor disminuye un cumplido más amplio a uno más pequeño.
Halago: “Te ves muy apuesto esta noche”.
Respuesta: “Esta corbata hace que cualquiera se vea bien”.
7. Boomerang
En respuesta a un cumplido, el receptor dispara otro de vuelta.
Halago: “¡Ese es un bigote magnífico!”.
Respuesta: “Bueno, ¡tu barba es la de un verdadero hombre!”.
8. Reafirmar
El receptor tiene problemas para aceptar el cumplido y busca su confirmación.
Elogio: “Su discurso fue muy convincente”.
Respuesta: “¿De verdad lo crees? Me sentí como si estuviera un poco flojo por ahí”.
9. Devaluar
El destinatario sugiere que el cumplido no debe ser tan grande como dice el emisor.
Cumplido: “Ese es un saco muy bonito”.
Respuesta: “Es muy viejo. Lo he tenido desde la secundaria”.
10. Transferir
El destinatario transfiere la alabanza a otros.
Halago: “Creo que fue el mejor baile que has hecho”.
Respuesta: “Fue realmente Jill, ella hizo todo el trabajo y lo hizo posible”.
¿Por qué rechazamos los elogios?
Paterson da las siguientes razones de por qué la gente lucha para aceptar plenamente un cumplido:
El miedo a ser visto como vanidoso
Esto es, con mucho, la razón más común por la que las personas no aceptan un cumplido. Les preocupa que al estar de acuerdo con la alabanza de otros, se alaben a sí mismos, y por lo tanto eso los convierta en petulantes.
La necesidad de restaurar el “equilibrio”
Un cumplido es un acto positivo; se puede sentir una necesidad psicológica de equilibrar las cosas, ya sea negando el cumplido o devolviéndolo rápidamente.
El deseo de evitar un “endeudamiento”
Esta preocupación surge porque se piensa que si alguien hace algo bueno por ti, como ofrecerte un cumplido, a continuación, “debes” de hacer algo bueno a cambio, y por lo tanto estarás en deuda con esa persona de alguna manera.
Tener baja autoestima
Si alguien dice algo bueno de ti, que tú no crees, tu reacción inmediata será la de negar o dudar de ella. No puedes integrar una visión positiva del elogio si tienes una visión negativa de ti mismo, por lo que busca maneras de encontrar una evaluación defectuosa, es decir, señalas que no se han dado cuenta del error que han cometido o que no tienen buen juicio.
Incapacidad para ser asertivo
Los chicos que luchan por ser asertivos a menudo encuentran que aceptar cumplidos es una lucha. Tienen dificultades para apropiarse de sus cualidades positivas y sienten que aceptar un elogio no es algo que un “buen tipo” haría.
La sospecha de los motivos
Puedes rechazar elogios de alguien si sospechas que están tratando de halagarte por alguna razón. Esta sospecha puede ser legítima o puede provenir de una visión del mundo excesivamente negativa y estar enraizada en problemas de falta de confianza.
El deseo de verse aún mejor
La gente a veces utiliza la falsa modestia como una manera de tratar de hacerse ver aún mejor. Por ejemplo, Bob elogia a Jake al dar una presentación de primera categoría, y Jake, que en realidad pasó unas cuantas docenas de horas preparándolo, dice: “Oh, es solo algo que hice sin problemas”. Ahora Bob está pensando: “Wow, si a él solo le tomó un poco de tiempo, ¡imagínense lo que podría hacer si pasa mucho tiempo en algo!”. Por otra parte, alguien puede tratar de añadir la modestia a otras cualidades por las que está siendo felicitado. Así que Mike le dice a Andy, “Realmente aprecio la forma minuciosa en que usted hizo este informe”. A lo que Andy responde: “No fue nada. Solo hago mi trabajo”. Andy puede querer que Mike piense:”No solo es un empleado diligente, ¡pero es tan humilde para trabajar!”.
¿Por qué debes, amable y plenamente, aceptar elogios?
Los sociolingüistas han descubierto que los estadounidenses responden a los cumplidos desviando el elogio en cada dos de tres ocasiones que reciben uno. Si bien este tipo de respuesta puede ser popular, esto no es muy inteligente ni amable. Esta es un área donde deberías de tratar de romper el molde de la corriente principal. He aquí el por qué:
La negación y el desvío es insultante
Cuando alguien te ofrece un cumplido, quiere decir que han observado y evaluado una cualidad digna de elogio en ti. Al desviar o negarlo, básicamente estás contradiciendo a quien te lo dijo, es decir, les estás señalando que no tienen buen juicio, discernimiento o gusto, o que sinceramente no saben de lo que están hablando. Estás volviendo sus amables palabras en un insulto.
Cuando rechazamos un cumplido transferimos nuestro malestar al otro y lo incomodamos
No solo se puede insultar, sino que como Paterson dice, rechazar un cumplido a menudo hace que quien lo emite se sienta “extraño, incómodo, estúpido o frustrado”. ¿A dónde se va a partir de ahí? Ahora están atrapados en la tediosa tarea de ofrecer tranquilidad a su sinceridad… “No, realmente no lo creo…”.
Así que sé un hombre y trágate la molestia que sientes hacia ti mismo, en lugar de aventarlas al otro como una papa caliente.
La negación y el desvío disminuyen la probabilidad de que alguien te felicite de nuevo
Cuando siempre rechazas los cumplidos de la gente, con el tiempo ya no se molestarán en darte más.
La negación disminuye tu valor
Un cumplido demuestra que alguien ve valor en ti. Cuando descartas esos elogios, les está diciendo que, o bien no tienes las cualidades que ellos piensan que tienes, o que eres tan inseguro que ni siquiera puedes reconocer lo que haces. De cualquier manera, disminuye tu valor ante sus ojos. Esto te hace poco atractivo para las damas, a quienes les gusta un hombre que tenga confianza en sí mismo. Tampoco es impresionante para tu empleador. Si siempre le estás diciendo a tu jefe que fulano de tal es quien realmente merece todo el crédito por el éxito de un proyecto, ¿por qué deberían darte un aumento o incluso mantenerte en tu puesto?
Te pierdes la buena sensación que viene con un cumplido
Recibir un buen elogio puede hacerte sentir muy bien. Pero cuando lo desvías le quitas el valor en lugar de absorberlo, ya que también desvías el impulso positivo que podría haber aumentado tu autoestima.
Los cumplidos Boomerang no suelen ser sinceros
Puedes pensar que responder siempre a un cumplido con uno de los tuyos, es algo cortés; no lo es. El elogio boomerang, en el que en lugar de escuchar y absorber la alabanza de alguien, te hace ocuparte más en formular la respuesta a ese cumplido. La gente sabe que es una conducta instintiva que está diseñada para mitigar tu propio malestar, que dice más de ti de lo que habla de ellos, por lo tanto no se registra como algo sincero. Es mucho mejor ofrecer tu propio elogio al otro, en un momento adecuado, que sea de manera espontánea y auténtica, en lugar de una simple respuesta. Hay excepciones a esta regla, por supuesto.
Cómo aceptar un cumplido
El primer paso para abandonar la falsa modestia de la rutina de la negación del halago es darse cuenta de que aceptar plenamente un cumplido no te hace vanidoso. No te has ido hasta la cima alabándote a ti mismo: ¡alguien más lo hizo! No es más que confirmar la evaluación de otra persona, y otra vez: es más educado aceptar y apreciar su juicio que contradecirlo.
En segundo lugar, está bien sentirte orgulloso de algo que hiciste bien. Un poco de orgullo no tiene por qué implicar un sentido exagerado de tus logros o cualidades; solo una evaluación honesta de lo que hiciste. Es posible ser modesto sin dejar de ser agradecido y agradable.
Entonces, ¿cuál es la mejor respuesta a un cumplido? Prepárate… “Gracias”. Eso es todo. Nunca hay una situación en la que un simple y sin adornos gracias no funcione.
Dicho esto, a veces es más cómodo y muy apropiado ofrecer un seguimiento de tu “gracias”, o algo que amplifique lo que ese elogio te hizo sentir.
Algunos seguimientos apropiados a tu “gracias” son:
“Me gustó mucho”. “Me alegro de que todo salió tan bien”. Si te sientes incómodo simplemente dejándolo en “gracias”, intenta un seguimiento neutral.
“No podría haber sucedido sin la ayuda de Jason”. Bien, ya vimos que dar una respuesta instintiva en la que niegas todo el crédito a ti mismo y lo transfieres a los demás es modestia falsa. Pero, cuando la gente realmente merece algo del crédito por las cosas por las que tú estás siendo elogiado, es oportuno mencionar a esas personas, obviamente después de aceptar el crédito para ti.
“Estoy feliz de poder ayudar”. Esta es una buena alternativa a “Solo hago mi trabajo”. Tal vez sí estás haciendo tu trabajo, pero no rechaces ni niegues el deseo de alguien de mostrar su agradecimiento por ti. En su lugar, ofrece un “gracias” y diles que estás feliz de poder ayudar.
“Tú lo sabes, también jugaste muy bien esta noche; buen trabajo”. El cumplido boomerang puede ser apropiado cuando es verdaderamente sincero y especialmente cuando no verás a la persona muy pronto (esto sucede a menudo en el caso de situaciones de competencia). Solo asegúrate de ofrecer tu cumplido después de aceptar plenamente el que te han dado.
Si un cumplido es particularmente conmovedor o especial para ti, no hay nada de malo en que tu “gracias” vaya acompañado de un amplificador que le diga al emisor lo que significa el elogio para ti, cómo te hace sentir, o por qué lo valoras tanto:
“Eso realmente significa mucho para mí”.
“Realmente aprecio que te des cuenta de eso. Nunca nadie lo ha hecho antes”.
“Me sentía realmente mal y esto es el estímulo que necesito para seguir adelante”.
Ahora ve hacia adelante, ofrece muchos más elogios a los demás; reconoce y acepta los que lleguen a ti, ¡pero con clase!