Ya tiene 55 años, pero a esas alturas de la vida a este hombre todavía le parece aterrador el unir su vida a la de una mujer, así que para no caer prefirió elegir una opción que incluso lo puede llevar a la cárcel.
En Pitalito, Huila, Colombia, todo estaba listo para que esa noche contrajera nupcias, pero como no encontró una mejor manera de zafarse del compromiso, decidió fingir su secuestro…
Apoyado por dos amigos, pensó en ocultarse un tiempo y así continuar con su soltería, y para ello hicieron una llamada a la policía para reportar el supuesto secuestro, por lo que las autoridades comenzaron con las investigaciones, lo que incluyó al ejército.
Se hicieron entrevistas con familiares y amigos cercanos, además de su pareja, quien les informó que justo esa noche se iban a casar, por lo que la búsqueda se intensificó.
A través de redes sociales la noticia se viralizó de inmediato, y gracias a esto fue que alguien lo identificó, pues lo vio al asomarse a la ventana de la casa del familiar en la que se encontraba escondido, y alertó a la policía. Solo habían pasado tres horas de la llamada de su desaparición.
Las autoridades localizaron al supuesto secuestrado, quien en sus primeras declaraciones dijo no saber de qué estaban hablando, aunque después terminó por aceptar que todo había sido un engaño para no llegar a su boda, ya que no soportaba la idea de permanecer para siempre con una mujer.
Al parecer no es la primera vez que intenta algo así, ya que el año pasado aplicó la misma táctica, aunque los propios familiares lograron ubicarlo antes de que la policía se enterara, por lo que todo quedó como una anécdota.
En esta ocasión es diferente y ahora puede enfrentar cargos por tentativa de secuestro, como informaron las propias autoridades, aunque seguramente prefiere estar preso un tiempo que casarse.
El objetivo principal de su plan sí se cumplió, ya que la boda se canceló. Ahora solo queda esperar a lo que determine la fiscalía sobre su situación legal y, quién sabe, tal vez en la cárcel tenga tiempo para analizar las cosas y aprenda simplemente a decir: “No me quiero casar”.