¿Quién no recuerda las maravillosas bromas que le jugaba a sus hermanos? Sin duda, de esos momentos de gloria que no se borran fácilmente. Pero, ¿qué pasa cuando una de esas bromas sale tan mal que tiene consecuencias para toda la vida?
A través de Reddit, un hombre contó su fracaso de dimensiones épicas por una pequeñita broma que quiso gastarle a su hermano, y cuyo resultado también fue algo “pequeñito”… veamos la historia:
“Descargo de responsabilidad: Esto ocurrió en noviembre, durante el cumpleaños de mi hermano.
Yo y mi hermano mayor vivimos juntos en un apartamento en Toronto. Su mujer va a la universidad en Nueva York. No está demasiado lejos en coche, pero definitivamente no está lo suficientemente cerca como para viajar a menudo. Debido a esto, él no la ve muy seguido; sin embargo por Skype hablan por horas cada noche. En noviembre fue el cumpleaños de mi hermano, y su esposa decidió tomar una semana de descanso escolar para venir a visitarnos y celebrar su cumpleaños.
Un par de días antes de su cumpleaños, mi hermano me dijo que fuera a quedarme con un amigo todo el día, porque quería dedicar el día a ‘juguetear’ con su esposa. Me pareció justo. Planeé con un amigo quedarme con él durante un par de días.
En la mañana del día de su cumpleaños, cuando él aún estaba dormido, le dejé un pequeño regalo. Tenemos una pizarra en la cocina donde colgamos cosas como facturas, así que le dejé una nota que decía ‘Feliz cumpleaños hermano mayor, diviértete’, y también le clavé un condón y un billete de 50 dólares. Y como una broma, le puse tres chinchetas a través del condón. Mi hermano es un tipo inteligente, así que supuse que él iba a ver que el condón tenía 3 chinchetas, reiría y luego lo tiraría a la basura. Pensé mal…
Me fui para la casa de mi amigo, y todo iba con normalidad. Dormí con mis amigos y volví a casa un par de días después a celebrar con mi hermano su cumpleaños.Un mes más tarde, el día de Navidad, mis padres vinieron y mi hermano nos hizo un anuncio. Nos dijo que se mudaba a Buffalo a vivir con su esposa, que ahora estaba embarazada. Conociendo a mi hermano, yo sabía que él no quería tener hijos hasta que tuviera al menos 40 años, por lo que después del anuncio y de felicitarlo, lo jalé hacia un lado y le pregunté por los detalles. Él me dijo que el bebé no fue planeado, y que cuando tuvo relaciones sexuales con su esposa en su cumpleaños, el condón se rompió.
Le expliqué, y para mi sorpresa, se rió. No estaba enojado en absoluto. Después de descubrir que su esposa estaba embarazada, se dio cuenta de que en el fondo él realmente quería un niño. Ahora su mujer tiene un bebé en camino y él se muda a Nueva York el próximo mes; tengo que encontrar un nuevo compañero de cuarto para ayudarme a pagar el alquiler”.
Al final no fue tan grave la cosa como se pensaba en un primer momento: este condón roto hizo nacer el instinto paternal del hermano. Nada mal.