La gente pensaba que el exguitarrista de Blink-182 había perdido un tornillo por dedicarse a la búsqueda de extraterrestres y que solo era un estafador, pero ahora incluso el gobierno y ejército norteamericano lo está apoyando.
Tom DeLonge abandonó su carrera musical para convertirse en un investigador de OVNIs de tiempo completo. Fundó una organización llamada To The Stars Academy (TTSA), un sitio donde colabora con exempleados de agencias de Estados Unidos para descubrir y revelar los misterios del universo y la vida alienígena.
En una ocasión Tom anunció que haría una gran revelación al mundo sobre extraterrestres, pero solamente mostró los planos de una nave espacial que quería construir y para la cual pidió ayuda económica. Muchas personas se decepcionaron y lo tacharon de fraude.
Pero después de ese fiasco, la academia To The Stars divulgó videos sobre objetos voladores no identificados que eran muy convincentes. Hasta la Marina de Estados Unidos aceptó que los videos eran reales porque no sabían qué clase de aeronaves aparecían en ellos.
La credibilidad de DeLonge se recuperó y ahora obtuvo un contrato oficial con el gobierno de EE. UU. Le van a dar financiamiento a su organización para colaborar con el Centro de Sistemas de Vehículos Terrestres Comando de Desarrollo de Capacidades de Combate del Ejército.
Este contrato va a durar cinco años y tiene valor de 750,000 dólares. El objetivo principal es que TTSA comparta sus descubrimientos con el ejército para crear tecnología y aplicaciones en sus vehículos.
Pero ¿qué descubrió la academia de Tom? Al parecer este centro de investigación obtuvo unas piezas exóticas de materiales metálicos muy raros, que supuestamente pertenecen a un OVNI y tienen origen extraterrestre.
TTSA tiene en su posesión unos trozos metálicos de una aleación extraña de bismuto, magnesio y zinc en capas de micras, una pieza de aluminio y un copo redondo de metal negro y plateado. Todo esto le costó 35,000 dólares a la organización de DeLonge. Fueron estos raros objetos los que llamaron la atención al ejército de Estados Unidos y fue por ellos que hicieron ese jugoso contrato con Tom.
El que ríe al último ríe mejor, y por ahora DeLonge debe tener una gran sonrisa por conseguir miles de dólares para los proyectos de su academia y el apoyo directo del ejército de EE. UU.