Convertirte en empresario y andar en el mundo de los negocios puede generarte prosperidad y libertad financiera. Claro que requiere de esfuerzo, dedicación y sobre todo estrategia y planeación.
Dentro de estas estrategias se encuentra la comunicación y el contacto con tus potenciales clientes. Aunque la tecnología puede ser una gran aliada, una comida es el marco perfecto para cerrar una negociación, siempre y cuando no se caiga en algunos errores comunes. Una buena negociación puede ser la diferencia entre la prosperidad económica y la pobreza.
Aquí te mostramos los errores que debes evitar en una comida de negocios para que tu plan no sea opacado por estos.
1. No estudiar el escenario
Hacer una elección equivocada del restaurante o el momento inadecuado puede causar incomodidad en tu invitado. No hay que menospreciar al cliente; no hay que llevarlo a un lugar mediano, tampoco a uno caro, sino a uno adecuado para los gustos de ambos, sin personas molestas y desagradables.
Hay que estudiar los gustos del cliente y no caer en el error de llevarlo a un restaurante especializado en carnes, cuando él podría ser vegetariano. Hay que ver el terreno. Incluso, elegir un lugar que se preste para hablar de negocios y no un establecimiento con ruido y hasta fanáticos disfrutando de un partido de futbol.
2. Cancelar o cambiar horario
Una comida de negocios es la oportunidad de impresionar a los clientes; cancelar o cambiar el horario en el último momento sólo provocará dudas sobre tu habilidad, puntualidad y compromiso.
Por ello, antes de concertar una comida, revisa meticulosamente tu agenda. Es probable que los planes cambien, pero hacerlo porque a último minuto recordaste un pendiente que debes atender se exhibirá como irresponsable y despreocupado.
3. Restar importancia a la reservación
No dar importancia a la reservación en el restaurante puede generarte un momento incómodo innecesario. No hay que dar tregua a la idea de que no habrá mucha gente en el establecimiento, de lo contrario es probable que te quedes sin mesa ese día.
Al reservar una mesa, además de evitarte la incomodidad, te proyectará como una persona organizada. De no hacerlo, al estar en espera de un lugar que se desocupe te exhibiría como alguien desorganizado.
4. Probar restaurantes nuevos y de moda
Una comida con un cliente no puede estar expuesta a riesgos, y llevarlo a un restaurante nuevo o de moda puede ser un gran error, ya que te arriesgas a un mal servicio o malos alimentos.
Un restaurante que te resulte familiar, que visites continuamente, es la mejor opción. Es importante estar seguros de que recibirán un excelente servicio y hasta que los meseros te conozcan. Impresiona bastante que te saluden por tu nombre al ingresar a un establecimiento.
5. Ser descuidado y mal anfitrión
Al asistir a un restaurante, descuidarte en los pequeños detalles o no atender a tu cliente como merece puede acabar con una buena negociación. Debes estar preparado para explicarle cuál es la especialidad de la casa y las recomendaciones para beber.
Demuestra que sabes desenvolverte adecuadamente y que te encuentras preparado para cualquier situación.
6. Ordenar primero
Esperar a que tu cliente pida primero puede darte ventajas en la negociación al darle la importancia que se merece. Después, trata de ordenar algo similar a lo que él pidió.
No pierdas de vista las restricciones dietéticas o estilos de vida de las personas. De no hacerlo te puedes encontrar con momentos incómodos, como llevar a un vegetariano a un restaurante de carnes.
7. Experimentar con la comida
Insistimos en que una comida de negocios debe quedar exenta de cualquier riesgo que la arruine. Trata de comer lo que ya conoces, no intentes impresionar con alimentos distintos a lo habitual, que después te provoquen indisposiciones durante el encuentro.
Otro día podrás experimentar lo que desees, pero no en esta comida que requiere que todo salga bien.
8. Fallas de etiqueta
Nunca pierdas de vista que eres un empresario o emprendedor, no un bárbaro, mostrenco. Aplica lo mejor que sabes en cuanto a buenos modales, como no masticar con la boca abierta. Olvidarte de estos aspectos fundamentales estropearán cualquier buena imagen que hayas proyectado anteriormente.
Una comida de negocios debe ser más sobre el negocio y menos sobre la comida. Usa la servilleta y evita abusar del alcohol.
9. Revisar tu celular
El cliente debe tener la total atención en una comida de negocios, lo merece y tú lo necesitas. Los mensajes, mails y llamadas pueden esperar. Mejor pon tu celular en silencio y guárdalo en tu bolsillo. Colocarlo sobre la mesa sólo demostrará que hay cosas más importantes que tu cliente.
Poner atención de exhibirá ante tu cliente como alguien dedicado y comprometido con el negocio.
10. Centrar la conversación en ti
Una conversación dinámica es fundamental en las comidas de negocios, que fluya entre preguntas abiertas y mostrar interés por el cliente. Compartir historias personales recordará al cliente que también eres humano y te facilitará una conexión más personal.
Sin embargo, no olvides ser apropiado y evitar compartir cosas que no deberías o demasiado personales, así como concentrarte nada más en ti, sino dar pauta a una conversación fluida entre ambos.
11. Dar mal trato a quienes los rodean
Ser empresario en ocasiones te puede hacer creer falsamente que eres superior a los demás, por eso no debes perder la sencillez y calidad humana. Hay quienes se sienten, incluso personas importantes e influyentes, y ven a la gente despectivamente.
Siempre debes ser educado y agradecido con toda la gente que te rodea, en cualquier lugar que frecuentes. Esto te dará un mayor valor como persona. Ser hostil y tratar mal a los camareros puede generar desconfianza en tu cliente y hasta caerse la negociación.
12 Generar debates políticos
Tanto la religión como las ideologías pueden afectar cualquier tipo de relación, incluso en los negocios. Si bien puede ser inevitable el tema político en una comida de negocios, es mejor mostrarle a tu cliente las técnicas de oratoria para salir de ese tipo de conversación y cambiar el tema de forma elegante.
Algo que puede ayudar es llevar preparados algunos temas de de conversación que interesen a tu cliente para esos “tiempos muertos” que siempre surgen.
13. Confianza excesiva
Aunque la cordialidad es una de las mejores estrategias para concretar un negocio, abusar de la confianza y caer en actos incómodos o hasta platicar cosas de las que después te puedas arrepentir, podría generar desconfianza en el cliente.
A veces pensamos que estamos frente a un “colega”, pero podemos llevarnos una sorpresa no grata. Es mejor ser mesurados en la charla, sin tocar temas que puedan incomodar ni crear una mala imagen de ti.
14. Beber demasiado
Beber alcohol en una comida de negocios puede ser parte de una gran convivencia, siempre y cuando no se caiga en el exceso que luego te atraiga problemas.
Y si desconoces el nivel de aguante de tu cliente, es mejor tomar esta parte con mesura, ya que hay quienes se toman una botella de vino tinto y siguen estando frescos. Cuanto más sobrio estés, mejor.
15. Pelear por la cuenta
Como buen anfitrión que elige el restaurante también se debe pagar la cuenta. Evita ese amago de sacar la cartera y esperar que el cliente se adelante y pague; además, esa discusión del “pago yo, que no… pago yo”, así se evitarán momentos incómodos.
Algo inteligente que podrías hacer es pedirle discretamente la cuenta al mesero o, mejor aún, proporcionar la tarjeta antes de comenzar la comida o de que llegue tu invitado para evitar esa situación incómoda.
Quien realmente quiere pagar y no quiere que nadie se le adelante en el pago, siempre paga y lo hace de una forma elegante.
Los buenos negocios se concretan en la comida, aprovecha cada momento para reflexionar toda la charla y asimilar la información, así se tomarán las mejores decisiones y cerrar los mejores tratos.