Dos hombres de Georgia, Estados Unidos, regresarán a ocupar un lugar en la cena familiar de Navidad después de haber pasado 25 años en prisión por un crimen que nunca cometieron. Su liberación fue debido a las investigaciones de un podcast sobre crimen real, en donde se analizó la evidencia y se resaltó las inconsistencias de la investigación policíaca.
Una red llena de mentiras y verdades fabricadas por la policía para incriminar a dos jóvenes, quienes terminaron detrás de las rejas con solo 17 años, así como una conspiración en la que se utilizó a una banda criminal para inculpar a los chicos de un crimen que no comentaron son parte de esta historia.
La noche del 18 de octubre de 1996 era un viernes como cualquier otro en Rome, condado de Floyd, Georgia. Brian Bowling, de 17 años, pasaba el tiempo como su mejor amigo, Cain Storey, mientras hablaba por teléfono con su novia. Bowling le dijo que estaban jugando a la ruleta rusa con un arma que Storey trajo de su casa, que había sacado de la caja fuerte de su padre.
Los jóvenes comenzaron a jugar con el cañón, pero en un movimiento imprudente, el arma se detonó, incrustando un bala en medio de la cabeza de Bowling, terminando con su vida en ese instante. El cuerpo inerte cayó al suelo y llamó la atención de los familiares de Bowling, quienes al entrar, se encontraron de frente con la aterradora escena y con Storey en estado de shock sentado en un rincón.
Después de llamar a las autoridades, la policía comenzó a hacer las averiguaciones previas, en las que Storey aseguró que estaban jugando y que Bowling se había disparado accidentalmente. Luego de las indagaciones, la policía concluyó que “no había nada más que investigar” y se enfrió el caso. Sin embargo, aún se justificaba el cargo de homicidio involuntario contra Storey.
A pesar de que todo indicaba que había sido un accidente, un año después, la policía reabrió el caso y comenzó a investigar qué era lo que había pasado la noche del tiroteo y encontró supuestas evidencias que los condujeron a un nuevo juicio contra Storey.
Nuevas evidencias
La policía entrevistó a Angela Bruce, quien dijo haber organizado una fiesta en la que Storey y Darrell Lee Clark, otro amigo de Bowling , habían asistido. Según su testimonio, los adolescentes explicaron cómo habían planeado el asesinato de su amigo, ya que “sabía demasiado sombre un robo anterior” que habían cometido.
Esta fue la primera vez que Clark había sido vinculado al caso, por lo que terminó arrestado como cómplice. En un intento por fortalecer la evidencia, la policía habló a través de un intérprete con Charlie Childers, un testigo con discapacidad auditiva. El testigo estaba en una habitación diferente en la casa de Bowling cuando ocurrió el tiroteo. Según lo recabado, el hombre identificó a Clark como un chico que vio corriendo por el patio de Bowling luego del disparo.
El juicio contra Clark y Storey se dio en enero de 1998. El Estado se basó en las declaraciones de la anfitriona de la fiesta para sugerir que los jóvenes habían conspirado para matar a Bowling como un acto de venganza. La teoría se respaldó con el testimonio del forense del condado, quien dijo que tenía la corazonada de que la herida de Bowling no había sido autoinfligida y que el cuerpo no tenía quemaduras de pólvora.
Sin embargo, Childers tuvo dificultades para comunicarse durante el juicio y dijo que la persona que describió como “Darrell” no se encontraba en la sala a pesar de que Clark estaba sentado en la mesa del abogado defensor. Sin embargo, el intérprete concluyó que se refería a Clark como el niño que vio en el patio. Clark tenía una coartada corroborada, ya que esa noche estaba en una fiesta con unos amigos.
Childers describió a “Darrell” como un “chico afroamericano” con “cabello negro” y una esposa. Mientras que Clark, quien era conocido por su segundo nombre, Lee, era soltero, es caucásico y tiene el cabello castaño. Las descripciones no coincidían.
Sin importar la cortada de Clark, el juicio concluyó una semana después y se le condenó junto a Storey por asesinato y conspiración para cometer un asesinato y fueron condenados a cadena perpetua. Steve Cox, el asistente del fiscal de distrito del condado de Floyd, utilizó el caso para vincularlo con Free Bird Gang, una pandilla local.
Espero que su veredicto envíe un mensaje a esta comunidad, que si siente que la filosofía Free Bird está detrás de este homicidio, que esta comunidad no tolerará este flagrante desprecio por la vida.
—Steve Cox
Además, los investigadores del caso, Harry Dallas Battles y David Stewart, presentaron a un testigo que dijo haber encontrado un cuaderno en la habitación de Storey mientras limpiaba su habitación meses antes de la muerte de Brian. El supuesto cuaderno contenía las reglas de la pandilla. La libreta nunca fue encontrada por la policía.
Investigaciones de Proof
A finales de 2021, más de dos décadas después de que Clark y Storey entraran a prisión, las periodistas Susan Simpson y Jacinda Davis comenzaron a entrevistar a los testigos relacionados al caso, como parte de una investigación para su podcast Proof: a True Crime Podcast, en donde pretendían desmenuzar la información alrededor de la muerte de Brian Bowling.
En su investigación, las periodistas encontraron inconsistencias sobre los informes presentados por las autoridades y dieron con dos piezas claves que provocaron una vuelta de 180 grados sobre la información oficial. Ambas estaban relacionadas con las declaraciones de los testificantes que llevaron a los jóvenes a la cárcel: Angela Bruce y Charlie Childers.
De acuerdo a las indagaciones de Proof, Angela se retractó de su testimonio. Ella dijo que el investigador la había amenazado si no testificaba en contra de los chicos. Según Fox 5 Atlanta, la mujer expresó que los investigadores se le habían acercado para pedirle favores sexuales y que la amenazaron con llamar a servicios infantiles para que se llevaran a sus hijos.
Por su parte, Childers dijo que había sido testigo de un tiroteo no relacionado en 1976. Durante el juicio no fue capaz de separar efectivamente los hechos. Sin embargo, nunca identificó a Clark corriendo en el patio de Bowling cuando le dispararon.
De la misma manera, otro punto importante en la investigación fue el forense, pues el Estado basó sus decisión en la declaración. El forense nunca realizó una necropsia al cuerpo de Bowling porque no estaba capacitado como médico. Sin embargo, en el contrainterrogatorio, la defensa notó que gran parte de la declaración del forense, así como las salpicaduras de sangre y las marcas en el cuerpo coincidían con un disparo autoinfligido.
Un neurocirujano llamado por el Estado dijo que la trayectoria de la bala era inusual, pero que no se podía descartar que fuera autoinfligida. Además, dijo que no había restos de pólvora en las manos de Storey luego de la detonación. Todas las evidencias recabadas por Proof estaban listas y fueron entregadas a Georgia Innocence Project, quien se encargó de solicitar que se reabriera el caso para un nuevo juicio.
Juicio por la libertad
La abogada Christina Cribbs y la consejera Meagan Hurley convencieron al fiscal de distrito y a un juez del Tribunal Superior de que era necesario reexaminar la pruebas. Una vez revisadas, Clark fue exonerado de todos los cargos, mientras que los cargos de Storey pasaron a ser por el cargo original, homicidio involuntario, por el que se le otorgaron 10 años de prisión con crédito al tiempo que ya había estado injustamente en prisión. Su registro será oficialmente borrado bajo la Ley del Primer Delincuente de Georgia.
Después de 25 años, Clark y Storey pudieron recuperar su libertad e intentar reintegrarse a una vida normal fuera de la celda. El mundo ha cambiado en la última década y media, pero estar cerca de su familia lo cambia todo. Al ser despojados de las esposas, los hombres lloraron acompañados de su familia y amigos. El juez permitió el aplauso por la justicia adquirida.
Estamos eufóricos de ver que Lee y su familia finalmente obtienen la justicia que tanto se esperaba. Esto no hubiera sido posible sin el apoyo de la familia Bowling y una oficina del fiscal de distrito que estaba dispuesta a tomar una nueva mirada objetiva en un caso antiguo.
—Christina Cribbs, abogada
Clark quiere abrir un hotel de lujo para macotas y hasta llegar a tener una cadena de ello. Mientras que Storey quiere ser capellán y viajar. Desafortunadamente para ellos, Georgia es uno de los 12 estados en Estados Unidos que no tienen una ley de compensación estatutaria que brinde apoyo financiero por los años perdidos, por lo que amigos y familiares organizaron una colecta para ayudarlos a reconstruir sus vidas: Migthycause para Darren Lee Clark y GoFundMe para Cain Storey.
Today at 6:39 pm Lee Clark and Josh Storey walked out of a Floyd County court as free men.
After 25 years behind bars they are finally home. #exonerated pic.twitter.com/yZruEY9K94
— Proof Crime Podcast (@proofcrimepod) December 9, 2022