Aprovechando los túneles del metro de Nueva York, uno de los que tienen las instalaciones más extensas en el mundo, tres empleados construyeron su propio refugio para beber cerveza y organizar fiestas, alejados de todo, incluso de la policía; y tal vez así, con el pretexto de que iban a trabajar se podían librar de sus esposas y novias. Sin duda, una movida genial, pero que constituye un delito y ya los investigan.
Estos empleados utilizaban el espacio que acondicionaron para ver la televisión, beber cervezas y organizar fiestas, todo esto, claro, en contra de las reglas que se deben de seguir en estas instalaciones, y por si fuera poco, estos trabajadores se dedicaban a gozar de la vida en su refugio secreto en horas laborales.
Ya se tenía registro de que en este lugar hay un búnker que resguarda las instalaciones eléctricas que permiten el funcionamiento de la estación Grand Central, una de las más grandes y famosas en la ciudad de Nueva York, además de que se usó como una línea secreta que usaban los más adinerados de la ciudad, e incluso el presidente Franklin D. Roosevelt., y ahora estos hombres ávidos de fiesta y discreción.
Desde febrero de 2019 se recibió una denuncia anónima, a la que se le sumaron otras, hasta que las autoridades de la Oficina Metropolitana de Transporte decidieron atender los llamados y acudieron al lugar. Luego de forzar la puerta de lo que se suponía era un taller, encontraron la guarida de estos hombres, donde incluso tenían servicios de streaming en su televisor y una serie de comodidades que ya quisieran muchos en la superficie.
Muchos neoyorquinos han fantaseado con relajarse con una cerveza fría en una área privilegiada de Manhattan, especialmente una tan cerca de un buen transporte. Pero pocos tendrían el descaro de apoderarse de una habitación secreta debajo de la Grand Central Terminal y convertirla en su propia guarida de descanso, sostenida con recursos públicos y mantenida con el dinero de nuestros pasajeros.
-Comunicado de la Oficina Metropolitana de Transporte
Por lo pronto estos tres trabajadores están suspendidos y por supuesto, tendrán que responder por los delitos que resulten, ya que hicieron uso indebido de un espacio público, además de que estaban usando recursos del sistema de transporte para mantener su guarida, y además tendrán que responderle a sus mujeres por todas esas ocasiones en que dijeron que iban a trabajar y estaban bebiendo. Se acabó la fiesta.