Así como los bebés tienen un olor particular durante unos meses, que a la mayoría les encanta, los ancianos también su tienen su olor y para la mayoría no es tan agradable, pero este no surge de manera espontánea sino que se va desarrollando con el tiempo.
Además, esto no tiene nada que ver con falta de higiene sino que es un proceso natural de oxidación de la piel, de acuerdo con los estudios del químico José María Antón, del Ministerio de Ciencia de España.
Al paso de los años, dice el especialista, la producción de lípidos en la superficie de la piel aumenta, mientras que la capacidad natural de oxidación va decreciendo. Los lípidos, a diferencia del sudor, no son solubles en agua, por lo que el baño diario no es suficiente para terminar con este olor.
Debido a esta situación, explicó el químico:
Aumenta exponencialmente esa peroxidación, se genera más 2-nonenal y el cuerpo huele cada vez peor. Es ese olor desagradable que se nota en los asilos, por muy limpios que estén.
Desde 2012, un grupo de investigadores en Filadelfia realizó un estudio con diferentes grupos de edad, del que destacó que efectivamente sí existe un olor característico en los hombres mayores, y no se trata de una cuestión sicológica o a que estén acostumbrados a ciertos productos en su ropa ni nada de eso: simplemente es un proceso natural.
A pesar de que muchos manifiestan su malestar por este olor, el estudio también reveló que a la mayoría le parece peor el olor a sudor que tienen algunos adultos de mediana edad, y que seguro has sentido mientras viajas en el autobús o en algún tren…
Lo que ha destacado Antón es que este proceso de oxidación empieza desde los 30 años en muchos casos; también la capacidad olfativa va siendo menor con el avance del tiempo , por ello muchos no se dan cuenta de cómo huelen.
A los 70 años volvemos a tener una capacidad olfativa de un niño de ocho años.
De acuerdo con científicos evolutivos, esto es también tiene que ver con la naturaleza, para que se pueda diferenciar a los ejemplares de una especie que son fuertes y jóvenes de los que son más viejos, para cuestiones de reproducción y caza.
Otras especies, como los ratones, búhos, conejos y monos, también modifican su olor corporal conforme avanzan en edad.
Para eliminar de mejor manera los efectos del 2-nonenal, que es la sustancia que ocasiona el “olor a viejo”, se deben usar activos que lo encapsulen, así como evitar alimentos que provoquen ácidos grasos, que son de naturaleza lipídica, como el tocino y la mantequilla, muy difíciles de eliminar una vez transformados en “olor”.