El amor verdadero no exige, no obliga, no engaña ni miente, cuando un corazón ama es capaz de entregar la vida entera por esa persona especial, esto en el sentido más romántico del concepto.
Pak Arifin, un hombre de 70 años de edad y residente de Indonesia, cumplió una importante promesa hasta el final de sus días, esperando volver a ver a su otra mitad, pero la espera fue tan larga que se llevó su vida entera.
Este hombre iba a la misma esquina desde los años 70 a sentarse desde el amanecer hasta la noche, luego volvía a casa para al día siguiente repetir la misma rutina. Durante todo este tiempo fue reconocido por todo el barrio, así como su historia, pero nadie sabía cómo brindarle ayuda.
Cuentan los lugareños que lo hacía para reencontrarse con su único amor perdido y verdadero. Él esperaba pacientemente bajo un árbol que se encuentra afuera de una tienda a alguien que simplemente nunca llegó.
Esta historia cuenta que por cuestiones políticas, Pak fue separado de su pareja, pero antes de verse por última ocasión hicieron la promesa de reencontrarse en la misma esquina en la que sucedían sus encuentros, siempre y cuando la ciudad estuviera a salvo. Una vez que se restauró la estabilidad política, el hombre comenzó a asistir al sitio.
Trágicamente, no se sabe absolutamente nada de la mujer, pues se perdió por completo su rastro. De hecho, cuando el tiempo pasó, la gente se enteró de su historia y comenzó a buscarla, pero no tuvieron ningún éxito. Sin saber si estaba viva o muerta, ni si seguía dentro del país Pak, se mantuvo en una inquebrantable y llena de esperanza espera.
Sin embargo, un día, el hombre fue encontrado tirado en la acera, con el cuerpo lleno de moretones y marcas de múltiples golpes, por lo que fue trasladado de urgencia al hospital, pero terminó sucumbiendo por las heridas provocadas.
Actualmente, en las paredes de la esquina donde esperaba pacientemente está escrito un epitafio que reza: “El poder del amor”, que va acompañado de una pequeña semblanza de su historia. Él será recordado por esperar fielmente a su pareja hasta el último día de su vida.