Cuando te encuentras un billete de un dólar tirado en la calle, piensas que es el mejor día de tu vida. En el mundo existen dos clases de personas, las desafortunadas y aquellas a las que la suerte les sonríe totalmente. El australiano Bill Morgan es del segundo tipo, pues se salvó de morir en dos ocasiones y, por si fuera poco, se ganó la lotería un par de veces. Eso sí es suerte.
Cuando Bill tenía 37 años trabajaba como conductor de camiones y sufrió un terrible accidente. Afortunadamente, los médicos lograron salvaron, a pesar de que las heridas que sufrió eran graves. Esta fue la primera vez que burló a la muerte. Debido a sus lesiones, tenía que tomar una serie de medicamentos muy potentes, que lo pondría en un grave riesgo de nuevo.
Un par de días después, los medicamentos le ocasionaron una reacción alérgica severa que le provocó un paro cardíaco. Su corazón se detuvo durante 14 minutos y cuando todo parecía perdido, los médicos lograron reanimarlo. Sin embargo, permaneció en estado de coma y se temía que si sobrevivía, tuviera secuelas importantes por todo el tiempo que su corazón estuvo detenido, pero 12 días después despertó y no tenía ningún daño importante. Así logró vencer a la muerte por segunda vez y ¡de qué forma!
Luego de estas experiencias, Bill decidió dejar su trabajo e incluso le propuso matrimonio a Lisa Wells, con quien tenía una relación de noviazgo de varios años y para su buena suerte, su novia le dijo que sí. Ya encarrilado en la fortuna, compró un boleto de lotería, de esos de “raspa y gana” y se ganó un automóvil último modelo, que en ese momento tenía un valor de 25,000 dólares.
Para hacer todavía más increíble esta historia, un canal de televisión de Melbourne decidió hacer un reportaje sobre lo que le había pasado, así que pensaron que era una buena idea recrear el momento en el que ganó el auto. Bill regresó a la tienda donde compró el boleto y mientras las cámaras grababan, adquirió otro y lo raspó. Para sorpresa de todos, este también estaba premiado, pero no con un auto, sino con 250,000 dólares.
En la grabación vemos la enorme emoción de Bill, quien dice que le dará otro infarto, algo que afortunadamente no sucedió. Sin duda es una historia increíble. No nos cansamos de decir que la realidad supera siempre a la ficción y este hombre, que debe ser uno de los más afortunados en la historia, es la prueba de que incluso las cosas menos probables pueden suceder.