La historia de este hombre es un ejemplo de superación y de cómo solo basta con encontrar aquello que nos apasiona, y conquistarlo.
Las adicciones nos atrapan cuando hay un vacío profundo qué llenar. Las drogas dan una sensación de que ese vacío logra llenarse, pero solo de manera efímera, por lo que la necesidad de más y más, se vuelve absoluta.
Gavan Hennigan, de Galway, Irlanda, estaba inmerso en esa espiral de las drogas: era adicto a la heroína y padecía de alcoholismo crónico, lo que lo llevó a intentar suicidarse a los 21 años y a vivir prácticamente en las sombras durante 15 años.
Estuvo viviendo en Holanda y en las calles de Londres. Durante mucho tiempo no hacía otra cosa más que levantarse de la cama para consumir heroína…
Pero un buen día, tuvo algo de lucidez y recordó que le encantaba el deporte y el enfrentarse a retos extraordinarios, y eso se convirtió en su nueva droga…
Ahora, a sus 35 años, ha estado en los siete continentes en pruebas de resistencia extrema, lo que le sirvió para lograr una increíble hazaña: irónicamente, en un evento patrocinado por una marca de whisky, recorrió 5 mil kilómetros en el Atlántico, remando solo, con lo que impuso una nueva marca internacional.
Se trató de una competencia donde participaron doce equipos, pero solo Gavan decidió hacer el recorrido solo, y aún así, quedó en tercer lugar en la competencia.
La ruta inició en San Sebastián de la Gomera, en Islas Canarias, y culminó en Antigua, ¡luego de 49 días; 11 horas y 37 minutos!
“Estoy tan orgulloso de haber hecho esto. No muchos irlandeses han intentado remar solos a través del Atlántico, y siento que lo he hecho con estilo.
“Tuve muchos mensajes de apoyo. Me levantaba algunos días y batallaba, pero cuando leía lo positivo en esas notas y comentarios de completos extraños, me motivaba a volver a los remos y lo hacía por ellos”.
“Lo hice por Irlanda. Los últimos siete días fueron implacables; he remado hasta 19 horas al día y ayer, cuando me desperté, decidí que era hora de terminar esto.
“He remado durante las últimas 14 horas”.
Dijo al llegar a la meta.
“Durante los últimos 49 días he tenido un solo objetivo: vivir la vida, abrazarme cada minuto, y estoy tan feliz de estar aquí finalmente”, comentó, bajo un visible agotamiento, ya que quemaba cerca de 8 mil calorías al día, lo que lo hizo perder el 20% de su peso.
Sin embargo, la satisfacción por lograrlo pudo más que el cansancio.
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Pero eso no es todo: aprovechó este viaje como una campaña de donación para centros de ayuda contra el cáncer en Irlanda…
¡Cómo puede cambiar la vida, si realmente queremos!