Varones, renunciar a nuestros vicios es la clave del éxito para tener una vida más saludable y, por lo tanto, más feliz, aunque esto nos puede costar mucho esfuerzo.
Además, cambiar nuestro estilo de vida puede ser un proceso bastante desesperante, pues los cambios no logran verse de la noche a la mañana, aunque resulten aparentes para otras personas. Por ello, si vas a comenzar a renunciar a todos los gustos culposos de tu vida, te recomendamos documentarlo para que tú mismo veas los cambios que estás logrando, como lo hizo el hombre de la siguiente historia.
Kenny D. es un hombre que decidió renunciar a su alcoholismo y documentar su viaje a través de la sobriedad durante estos últimos tres años. Kenny ha tomado fotos de cómo lucía antes de renunciar al alcohol y las etapas por las que ha pasado hasta llegar a ser irreconocible. Al respecto, este hombre con gran fuerza de voluntad dijo:
“Me tomé una foto el primer día de Alcohólicos Anónimos, con 24 horas sobrio. Me sentía enfermo y me veía muy mal, quería recordar ese momento para no olvidar mi meta. Cuando cumplí 30 días, noté que había cambiado drásticamente, así que me tomé otra foto”.
Su cometido era poder mostrarle a su familia el gran cambio físico que 30 días de sobriedad habían hecho en su cuerpo, dijo el hombre de 37 años. “Todos estaban escépticos porque pasé varios años aterrorizando a mi familia y amigos con mi problema. Así que simplemente seguí tomando estas fotos”.
Cuando Kenny cumplió un año, tomó una selfie y la subió a Reddit mostrando el radical cambio, y titulo el post como “Progresión de Sobriedad”. Aunque pensó que solo algunos usuarios veríasn sus fotos, pronto su historia se hizo viral, y muchas personas comenzaron a interesarse por su historia y le pedían ayuda. Esto lo animó a seguir informando su avance, y aquí estamos, en su tercer año siendo un hombre saludable y lleno de vida.
“Comencé a beber en la universidad, en ese tiempo no era un problema hasta hace 10 años que comencé a beber en exceso”. Kenny relata que llegó un punto donde no podía controlar la cantidad de alcohol que consumía: “Una vez que daba el primer trago, me era imposible parar”.
Para el año 2016, su problema era bastante grave, se ponía borracho todos los días y casi siempre terminaba inconsciente. “Sabía que tenía un problema, pero no sabía qué hacer. Solía quedarme parado en el baño mirándome en el espejo y deseaba no estar borracho. A veces me daba igual vivir o morir, solo quería que todo esto terminara sin importar cómo”.
Su última bebida fue durante unas vacaciones. Kenny se compró unas cervezas y las iba a racionar durante la semana, su plan era beber unas 3 o 4 cervezas por la noche. “La primera noche, después de llevar a la cama a mi hijo, abrí la primera cerveza. Eran las 8 p.m. Para las 11 p.m me había bebido 19 cervezas. Algo dentro de mi dijo ‘Kenny, tu vida no está bien'”.
En su desesperación hizo, por primera vez, algo correcto: pedir ayuda. Llamó a una amiga y le contó sobre su problema y le dijo que necesitaba ayuda. La mañana siguiente ella lo recogió y lo llevó a su primera reunión de Alcohólicos Anónimos. Ha estado sobrio desde entonces.
Aunque acepta que ha sido un proceso complicado, Kenny dice que ha logrado arreglar todo lo que estaba roto en su vida. Ahora es un nombre más alegre, más libre, algo que jamás imaginó poder lograr.
“La parte más complicada es evadir la famosa frase ‘dormirte en tus laureles’. Me da miedo volver a los viejos hábitos. Los evito tengo a las reuniones y trabajando con otros alcohólicos, distrayendo mi mente de todo lo que me hacía mal”.
Kenny ha logrado perder 34 kilos desde que decidió estar sobrio. Come mejor, hace ejercicio y medita. Este hombre es el vivo ejemplo de que somos nuestro único obstáculo a la hora de hacer cambios buenos en nuestra vida.