Cuando a un niño le preguntan qué quiere ser de grande, la respuesta puede ir variando de acuerdo con sus gustos e intereses del momento. Pero en el caso de Mike Kunda la respuesta siempre fue la misma: quería ser Rocky Balboa.
Aunque no es ni actor ni boxeador, de alguna manera logró hacer realidad su sueño infantil y logró convertirse en su ídolo, aunque la vida no ha sido fácil, sobre todo en los años infantiles en los que fue víctima de bullying, pero justamente las películas de Rocky lo ayudaron a salir de ese episodio.
En su hogar de Scranton, Pensilvania, cuando tenía 11 años, su padre le mostró la película Rocky, que transmitían por televisión y que ya era todo un suceso, pues había ganado el Óscar a Mejor Película, sorprendiendo a todo el mundo.
Desde que empezó a ver la historia del peleador se interesó en él, pero cuando lo vio arriba del ring enfrentarse al campeón del mundo terminó por adorarlo como a un ídolo y desde entonces es su máximo referente, aunque en la infancia también quiso seguir a Superman y a El Zorro, pero en este caso fue diferente.
Su padre le puso la película con la esperanza de que encontrara motivación y pudiera defenderse de los acosadores que lo atormentaban en la escuela, gracias a la historia de superación de Balboa, quien era prácticamente un desconocido y termina por enfrentar a la gran estrella del box.
De alguna manera, este personaje se convirtió en la inspiración que Mike necesitaba, por eso dijo en entrevista para Unilad:
Llegaba a casa con moretones que me hacían los abusadores. ¿La forma en que lo manejé? Usaba un disfraz de Superman debajo de mi ropa de la escuela pensando que me daría superpoderes; pero eso solo empeoró la situación ya que los abusadores descubrieron mi capa y la rompieron.
Mi papá me mostró a Rocky y eso me dio un golpe en el corazón. No importa cuán solidaria fuera mi familia, simplemente no podía creer en mí mismo ni tener confianza. No pude encontrar eso dentro de mí hasta que vi a Rocky.
No importaba que perdiera la pelea, él solo quería ir más allá. Sabía que no era un vagabundo del vecindario y eso era suficiente para él. No tenía que ser campeón o el mejor del mundo, solo tenía que ser el mejor en su mundo, lograr su mejor marca personal.
Hay una escena en la que Balboa se niega a romperle un dedo a un tipo que le debía dinero al señor Gazzo, un maleante que lo contrata como “golpeador”, y este momento fue el que impactó a Mike:
Después de que Gazzo lo abandona, hay una música lenta y triste, y Rocky comienza a rebotar una pelota en esa calle solitaria. Dije: ‘soy yo’. Me dije que no encajaba. Rocky no encajaba. Simplemente no podía encajar con la gente que me rodeaba. Siempre me sentí extraño o diferente. La gente me trataría de manera similar a como lo hizo con Rocky, y esa fue mi razón inicial por la que amé a este personaje.
Todas las mañanas antes de la escuela secundaria me ponía mi sudadera gris y mis Converse negros y corría por mi ciudad natal. Esto es lo que me dio confianza. Rocky podía hacerlo, él podía estar orgulloso de sí mismo; esto es lo que necesitaba hacer.
Mis maestros pensaron que estaba loco cuando dije que quería ser Rocky. Quería ponerme el sombrero y el abrigo y caminar por las calles de Filadelfia. Comprendí que no existe, Rocky ni siquiera es real, pero cuando me preguntaron qué quería hacer, eso fue lo que quería.
Aunque se vestía como Rocky y perdió la cuenta en 600, de cuántas veces ha visto la película, tuvo que probar algunos empleos en la construcción, como policía, entre otros, hasta que fue invitado a un restaurante en Filadelfia donde Stallone celebraría su cumpleaños 60.
Ahí estaba yo, de pie frente a The Victor Cafe con Sylvester Stallone. Él estaba esperando que yo dijera algo, y entonces le digo que acabo de ver el tráiler de Rocky Balboa, y empezamos a hablar de eso. Mi esposa Sue sale y dice: ‘Sly, si no consigo una foto de ustedes dos juntos, me matará’. Él la señala y dice: ‘yo, Adrian’. Porque dijo que como Rocky, entro en mi mejor personificación de él, y allí estábamos, ambos haciendo nuestras mejores líneas de Rocky.
Dijo: ‘Wow, haces una gran personificación de Rocky, y te pareces a mí hace 30 años’. Agregó: ‘deberías hacer algo con eso, como un imitador de Elvis, pero solo de Rocky’. Pensé que él estaba siendo amable, así que su consejo me entró por una oreja y salió por la otra.
Luego de unos meses recibió una llamada para anunciarle que estaba entre los finalistas de un concurso de personas parecidas a Rocky, que finalmente ganó, con lo que encontró una nueva forma de vida:
Rocky también me enseñó sobre la perseverancia. Solo quería una oportunidad, sabía que podía hacer algo, pero nunca se me había dado. Queremos fallar en nuestros propios términos. Solo queremos una oportunidad para saber lo que valemos.
En el caso de Rocky, fue Creed quien le dio esa oportunidad. Para mí fue ese concurso. Fue un concurso loco, lo gané y pensé que eso era todo. Pero fui notado por otras personas. No lo busqué, vino.
Y luego todo ha sido historia hasta convertirse en un imitador oficial del boxeador, lo que se ha convertido en su forma de ganar dinero pues ya es muy tarde para intentar otra cosa. El propio Stallone lo ha felicitado y reconocido como uno de sus imitadores.
No cabe duda de que si logras apaciguar tus dudas y temores, y tienes bien claro lo que quieres, aunque suene descabellado, tarde o temprano lo conseguirás, y este hombre es un claro ejemplo, así que no pierdas más tiempo.