Ya lo hemos dicho, ser padre no es trabajo sencillo, sin embargo debemos ser el mejor ejemplo para nuestros hijos, pues muchas de las cosas que aprenden son directamente por imitación.
Y no hablamos solo de modales, o juegos, hablamos un poco sobre enseñarlos a lucir bien; a ponerse una corbata, lustrar sus zapatos, cómo vestir y lucir impecable, como todo un caballero.
Si ustedes no tuvieron un mentor, no significa que no puedan ser esa persona para sus hijos, es más, el día de hoy venimos a ayudarles con unas cuantas lecciones que pueden pasar de generación en generación desde ahora. Mejor tarde que nunca.
1. El estilo importa
Tal vez pienses que no, o que la enseñanza padre e hijo debe enfocarse en cosas más importantes pero, de hecho, te sorprendería saber que este tipo de actividades fortalecen los lazos familiares y son perfectos para enseñar lecciones.
Es importante dejar en claro algo; la gente te juzga según tu apariencia. Si crees lo contrario, solo te engañas a ti mismo. Ser buena persona es importante, pero no importa lo bueno que seas, no serás juzgado por ello, sino por tu apariencia.
Es la razón por la que a mucha gente le importa lucir siempre impecables, pues quieren ser tomados en serio, dar una buena impresión en la sociedad. Nosotros, como padres, queremos que a nuestros hijos les vaya bien, por lo tanto debemos pasar esta lección.
2. Hereda prendas o accesorios con significados especiales
El vínculo entre padre e hijo no siempre es intangible. A veces, se presenta en forma de objetos físicos atesorados que se transmiten de generación en generación.
Por ejemplo, mi abuelo le regaló a mi padre unas mancuernillas de plata que, a su vez, mi bisabuelo le regaló a él. Esta pieza representa una conexión muy importante, por lo que, probablemente, otro hombre en la familia las herede en cierto momento.
Otro ejemplo podría ser heredarle a tu hijo una camisa o playera que signifique mucho para ti, procurando que sepa cuando usarla y cuando no. El propósito de esto es crear apegos emocionales para compartir con tus seres queridos.
3. Vestir bien es sencillo, si tienes un sistema
No hace falta mucho para que vestirse bien sea la opción más fácil. Tira las cosas que no encajan o que se ven descuidadas, luego compra ropa nueva según sea necesario, siempre buscando que sean prendas que se puedan combinar con otras, de esta manera, por ejemplo, un pantalón podría usarse con 3 camisas diferentes, o viceversa.
Busca que cada artículo nuevo que lleves a casa vaya bien con al menos dos artículos que ya están en tu armario. Si necesita aún más estructura, puedes hacer una lista de las piezas que combinan bien entre sí o, incluso, planificar tus atuendos día a día.
Los sistemas también se aplican en nuestro aseo personal, siempre hay que tener nuestro armario listo para usar; plancha tus camisas justo después de lavarlas, para que siempre haya una lista para usar cuando la necesites. Coloca artículos como un cepillo de ropa y tu kit para lustrar zapatos cerca de la ropa con la que los usas.
Estos consejos te harán la vida más fácil.
4. Compra calidad
Enseñemos a nuestros hijos a invertir en su ropa, a comprar más allá de las marcas e irnos por la calidad física de las prendas: cómo se ajusta, de qué está hecha y qué tan bien construida esté la prenda terminada.
Hay que enseñarles a dar prioridad a la calidad, de manera que haga gastos pensantes y no innecesarios. Una prenda mejor hecha no solo dura más, sino también se verá mejor.
Quieres ropa duradera, ropa que no parezca barata y endeble, y, por supuesto, ropa que te quede bien. Si eso significa gastar un poco más por mejores telas y por pequeños ajustes, pero valen la pena.
5. Aprovecha una buena oferta cuando la veas
Hay diferencia entre oferta y ganga, y creemos que el identificarla es un conocimiento que debes heredar a tus retoños.
Las ofertas están en todos lados, y muchas veces son un gancho para hacerte comprar algo que verdaderamente no tiene descuento. Al final terminas pagando exactamente lo mismo por una prenda que pudo haberte costado más barata.
Por otro lado, hay veces donde tratos reales surgen, a esto le llamamos ganga: cuando un artículo que querías cuesta menos de lo que esperabas pagar. Si al comparar el precio de esa prenda con su precio original resultas ganado tú, amigo, eso es una ganga.
Este tipo de descuentos no ocurren siempre, pero es normal encontrarlas en prendas fuera de temporada. No importa si no la usarás en el momento, si es una pieza única, de buena calidad y a un precio más bajo que el inicial, no lo dejes ir.
6. Cuida lo que tienes
Si bien la ropa tiene tiempo de vida, podemos hacer que dure más si la cuidamos. Hay que enseñar a nuestros hijos a mantener las cosas que tienen en lugar de reemplazarlas, por ejemplo, zapatos, ropa, accesorios deben ser limpiados cuando sean necesarios y guardarlos en un lugar donde no se ensucien fácilmente.
Hay que hacer pequeñas tareas de mantenimiento que ayudan a evitar reparaciones más costosas, pero siempre será mejor reparar que comprar algo nuevo.
Este es un buen consejo, sólido y práctico, y tiene sentido para nuestro presupuesto. Pero también es un punto de orgullo, si nuestros hijos no pueden asumir la responsabilidad de cuidar su propia ropa, ¿cómo va a asumir la responsabilidad de las cosas más grandes e importantes de la vida?
Hay que enseñar autosuficiencia, que tengan su ropa ordenada en el armario, de esa manera las prendas resistirán el tiempo que deban hacerlo.
7. Ir a un sastre
Ir al sastre era, y podría decirse que hasta la fecha, sigue siendo una rutina entre hombres que gustan de vestir bien y a la medida.
Hay que apoyar esos negocios, no solo seguimos dando trabajo a expertos, sino que siempre luciremos justos, con prendas a la medida que nos hagan vernos bien desde cualquier ángulo con prendas personalizadas y hechas a mano, algo que va ligado con la calidad de la prenda.
8. Es mejor verse sencillo que exagerado
No hay nada de malo con querer ser el mejor vestido de entre la multitud, pero una cosa es saber lucir bien con poco a exagerar e incomodar a todos con tu extravagancia. La ropa para eventos especiales debe usarse en ellos, no te vas a poner un esmoquin para ir a trabajar, ¿ o sí?
No tiene nada de malo que te guste vestir de traje, está perfecto, pero debemos aprender (por lo tanto enseñar), que incluso vistiendo formal hay maneras de no lucir vulgar.
9. Tu ropa afecta tu mentalidad
Retomaremos el primer punto, hay que verse bien para sentirse bien y que la gente a nuestro alrededor lo perciba. La ropa da confianza, es lo que se le conoce como “efecto talismán”, pues asociamos la vestimenta con ideas específicas.
Por ejemplo, si ves a alguien usando una bata blanca de laboratorio asumes que es doctor o científico; si ves a alguien vistiendo traje y zapatos es un empresario. La gente asocia la ropa con connotaciones preestablecidas, eso no lo podemos cambiar, pero podemos aprovecharnos de ello.
Tu ropa, entonces, puede tener ese mismo efecto en ti. Vístete como quieras que te vean, y enseña a tus hijos a construir esa misma confianza en ellos.
10. Verse bien requiere práctica
Nuestro último consejo paternal: si quieres ser bueno en algo, tienes que practicar, practicar y practicar.
Eso es tan cierto para vestirse bien, como para cualquier otra cosa. Nadie nace vistiendo bien, lo mejor es leer, pedir consejos, investigar y hacer las cosas sin miedo, la moda es un campo de prueba y error.
No tengas miedo, y pasa estos consejos a tus hijos. Quién sabe, tal vez ellos los pasen a tus nietos y así…