Cuando vas a ser padre hay mucha emoción, pero también un miedo que es natural, porque no sabes cómo tratar, cuidar y educar a ese pequeñito. No te preocupes tanto, es cierto que el bebé depende de ti, pero solo tienes que ser muy observador a lo que necesita y protegerlo, todo, con mucho amor.
Aquí te dejamos 18 consejos que te servirán en este camino que será muy largo, porque la relación que establezcas con tu hijo será para toda la vida, y si te aplicas, será maravillosa.
1. Mantente informado, pero sin obsesionarte
Actualmente y gracias a Internet hay una enorme cantidad de información, ensayos, foros y demás, sobre la paternidad, y es bueno que te informes, pero no te vuelvas loco tratando de leer y aprender todo, porque finalmente cada caso es particular y solo la experiencia te irá indicando cómo debes actuar.
2. Escucha a otros padres, pero no hagas caso de todo
Quienes ya tienen hijos querrán compartir su experiencia contigo, y es un buen apoyo, pero cada uno dará su versión de cómo lo ha hecho, lo que en lugar de ayudar te puede confundir más y abrumar, porque te dirán qué es lo mejor para el parto; los primeros días; si llora; si no quiere comer; para todo, pero eso tú y tu hijo lo descubrirán a su ritmo.
3. Acude con expertos para resolver tus dudas
Es natural que desconozcas muchas cosas sobre el embarazo, el parto y en general, sobre todo lo que tiene que ver con un bebé, así que lo ideal es que vayas con un pediatra o un especialista en estos temas, que son quienes mejor te podrán sacar de la confusión en la que estás.
4. Organización, es la clave de todo
Así como organizas ahora tu vida (ojalá que lo hagas), tendrás que hacerlo con tu bebé, pero añadiendo sus necesidades, porque puede ser que quieras pasarte todo el día observándolo; pero tiene que comer, dormir, entre otras cosas, y tú también, así que por eso debes ser muy observador para conocer sus horarios y rutinas y así estar presente en todo momento, sin descuidar tus cosas.
5. ¿Cómo cargar a un bebé?
Lo verás tan pequeñito y frágil que es probable que sientas miedo de cargarlo, porque pensarás que se romperá o se te caerá, pero no es tan complicado, solo se trata de que tengas confianza y de que tu hijo tome la posición más cómoda: en tu antebrazo y él bocabajo, o bocarriba; sobre tu pecho, en posición vertical, solo cuidando de sujetarle la cabeza.
Cuando está recién nacido tal vez te den ganas de mecerlo, moverlo, lanzarlo, pero recuerda que todavía es frágil y no le gustarán tantos cambios, así que trátalo suavemente.
6. Demasiadas visitas
Como es el primero, toda tu familia y amigos querrán ser los primeros en conocerlo, cargarlo, hacerle cariños, pero si llegan todos juntos y a cualquier hora, esto puede estresar al bebé, a la mamá y a ti también, así que planifica mejor el tiempo y organízate con los visitantes para que no sea un caos.
7. La comida
En esta área hay muchas dudas y preocupaciones, sobre todo porque no sabes la cantidad, los momentos en que debe alimentarse; recuerda que su estómago es muy pequeño y apenas se está adaptando a un nuevo entorno. Trata de poner horarios para sus comidas, pero no te preocupes si de repente en alguna hora no quiere comer, es natural, y él mismo te irá enseñando cuándo quiere y cuándo no quiere alimento.
8. Ayúdalo a expulsar los gases
Después de cada toma de leche, es probable que el bebé se sienta incómodo, y esto es por el gas que se acumula durante la succión del alimento, así que debes ayudarlo a eructar, colocándolo de forma vertical, con la cabeza apoyada en tu hombro, y darle unas palmaditas suaves en la espalda; con eso será suficiente.
9. No lo pierdas de vista en ningún momento
Aunque lo veas dormido, muy tranquilo, no te confíes: no dejes de vigilarlo en todo momento, porque puede despertar y rodar hasta caer de la cama, o si es la hora del baño, puede ocurrir un accidente muy lamentable en la bañera. Organízate y mantén a la mano todo lo que vas a usar para determinada tarea, y así no tendrás que apartarte de él.
10. Tiempo libre
El estar al cuidado de un bebé puede ser una tarea realmente agotadora, así que toma tus ratos libres para hacer las cosas que te gustan, no se trata de estar todo el día pegado al niño.
11. Limpieza
El sistema inmunológico de tu bebé apenas se está fortaleciendo, así que lávate constantemente las manos, y en general, cuida tu higiene. Aunque a veces moleste, pide lo mismo a quienes lo visiten.
12. La hora del baño
Este es un momento que puede ser muy complicado, por el miedo y porque la piel tan suavecita del bebé, al entrar en contacto con el agua, lo vuelve sumamente resbaloso, así que procura que la bañera no tenga bordes o desniveles que lo hagan deslizarse. Cuida que haya una temperatura cálida en el cuarto donde lo bañes, y al sacarlo del agua inmediatamente cúbrelo con la toalla para que no pierda calor.
Seca bien su cuerpo, sobre todo en áreas donde hay pliegues, como las axilas y en las ingles, porque la humedad le puede causar rozaduras y pequeñas heridas.
13. Masaje relajante
Así como tú disfrutas de un buen masaje, también a un niño le vendrá bien, sobre todo después del baño, porque ya está relajado, y si aplicas alguna crema o loción para bebé, quedará muy tranquilo.
14. La hora de dormir
Sí, tendrás ganas de que duerma contigo, sobre tu pecho, pero lo recomendable es que duerma solo, en su cuna, bocarriba y con la cabeza hacia un lado. Cada día cambia el lado en que le colocas la cabeza, porque su cráneo todavía está en formación.
Cuida que no haya juguetes, almohadas o cualquier objeto que pudiera caerle encima y obstruir su respiración. Si tiene el “sueño cambiado”, es decir, que duerme todo el día y está despierto por la noche, elimina todo estímulo como luces, la televisión o cualquier otra cosa, para que asocie la noche con el momento de descansar, de lo contrario, andarás con mucho sueño.
15. Paseos y diversión
También necesita momentos de diversión, así que puedes salir a pasear con él diariamente, solo cuidando el clima para que no le afecte. Esto también te dará descanso a ti, y a él le brindará la oportunidad de encontrarse con una gran variedad de estímulos, así que salgan y pasen un buen rato juntos.
16. Cambiar un pañal
Este es un momento crucial, en el que debes aplicar toda tu concentración para no sucumbir ante lo que veas (y huelas), así como para limpiar correctamente a tu bebé. También debes encontrar el punto exacto de equilibrio al momento de atar el pañal: que no quede demasiado apretado ni muy suelto. Ya irás aprendiendo.
17. Manos y pies fríos
Por lo regular, los bebés tienen los pies y las manos más fríos que el resto del cuerpo, esto es natural, pero bastará con que cubras esas zonas, nada más cuidando de no abrigarlo demasiado.
18. Los gastos
Si no lo planificas bien, se te puede ir una fortuna en gastos para tu bebé, así que identifica lo que realmente necesita y lo demás déjalo para otra ocasión. No necesita un biberón con diamantes.