Hay una escena al comienzo de The Bourne Identity donde el protagonista está sentado en un restaurante tratando de averiguar quién es y por qué tiene un montón de pasaportes y una pistola escondida en una caja de seguridad. Asimismo, Bourne también se da cuenta de que ve cosas y sabe cosas que otras personas no. Mira la escena:
Esta capacidad sobrehumana para observar el entorno y hacer evaluaciones detalladas sobre el mismo no es exclusivo de los mejores agentes secretos, es una habilidad conocida como conciencia de la situación, y tú también puedes desarrollar esta capacidad.
Como su nombre lo dice, la conciencia de la situación es simplemente saber lo que está pasando a tu alrededor. Suena fácil, pero en realidad requiere de mucha práctica. Y aunque se enseña a soldados, oficiales y, sí: asesinos entrenados por el gobierno, es una habilidad importante que los civiles también deberían aprender, pues si en algún momento te encuentras en una situación de peligro, el hecho de que descubras una amenaza segundos antes de que suceda le salvaría la vida a ti y a tus seres queridos.
1. Cómo desarrollar una conciencia de la situación
¿Qué es exactamente lo que estoy buscando? ¿Cómo sé si estoy prestando atención a las cosas correctas? ¿Hay conductas o señales de advertencia de una amenaza inminente de las cuales yo deba estar enterado? El OODA Loop es un sistema de aprendizaje y un proceso de toma de decisiones puesto en marcha por primera vez por el piloto de la Fuerza Aérea de combate y estratega militar John Boyd, un sistema de cuatro pasos: Observar, Orientar, Decidir y actuar.
Naturalmente, el primero paso (Observar) es el que más asocia la gente con el conocimiento de la situación, pero es el segundo paso (Orientar) el que responde a las preguntas verdaderamente importantes sobre el desarrollo de conciencia de la situación. La orientación nos dice qué es lo que debemos buscar cuando estamos observando, de tal forma que luego podamos poner esas mismas observaciones en un contexto a bien de saber qué hacer con la información.
Así que… Observar + Orientar= Conciencia de la situación
2. Observar: quédate en Estado Amarillo
En su libro Principios de Defensa Personal, el experto en armas Jeff Cooper estableció un sistema de código de colores para ayudar a los guerreros a medir su mentalidad para los escenarios de combate. Cada color representa el estado potencial de una persona de conciencia y enfoque. Así, para un óptimo conocimiento de la situación, Cooper recomienda mantenerse siempre en Estado Amarillo.
El Estado Amarillo se describe como “alerta relajada”. No hay ninguna situación de amenaza específica, pero tienes la cabeza en alto y estás atento al entorno con todos los sentidos. Mucha gente asocia la conciencia de la situación con la simple estimulación visual, sin embargo con la primera también se puede tener un control del entorno por medio del sonido (o la falta de éste) e incluso por los olores en el ambiente.
A pesar de que los sentidos se acentúan ligeramente en el Estado Amarillo, también es importante mantenerse relajado, pues el adoptar una actitud calmada no genera ninguna atención innecesaria hacia uno mismo; si te pones inquieto y tu cabeza voltea frenéticamente mientras escanea su entorno, llamarás la atención de la gente. Además, mantenerse relajados asegura un enfoque abierto, lo que permite obtener más información sobre lo que está sucediendo. Se dice que cuando estamos nerviosos o estresados ponemos menos atención; por lo tanto, un enfoque estrecho puede causar que perdamos detalles importantes del entorno.
Mira tu celular pero no te distraigas, abre los ojos, las orejas y la nariz; escanea con calma el entorno para saber lo que está pasando alrededor. Aquí te dejo algunos consejos para complementar tu Estado Amarillo y mejorar tus habilidades de observador.
A) Ponte en una posición óptima para observar: Para entrar en una efectiva conciencia de la situación tienes que ser capaz de observar el entorno tanto como sea posible. Para esto es vital el lugar donde te encuentres, pues posicionarte en lugares obstruidos inhibirá el flujo de información que te llegue. Un buen lugar sería aquél que te permita ver todos los puntos de entrada y salida, pero que a la vez te tenga una pared a tu espalda. Esta posición te prepara para una escapada rápida y elimina cualquier amenaza detrás de ti. Por supuesto, esto no es posible en todas las situaciones, pues no tienes el control de las mesas de un restaurante, así que dadas las circunstancias, escoge la silla de la mesa que te brinde la mejor vista del entorno.
B) Afila tus habilidades de observador jugando el Juego-A: El Juego-A (Awareness Game) consiste en anotar todo lo que está en tu entorno. Si entras a algún local con tus hijos, por ejemplo, piensa en cuántas personas hay detrás del mostrador, qué color de camisa llevaba la persona de al lado o cuántos entraron y salieron. Luego, cuando estén en el coche, pregunta a tus hijos: “¿cuántas personas había en el mostrador”?, “¿era hombre o mujer quien nos atendió”?, o: “¿de qué color era su camisa?”. Este juego es divertido y, lo más importante: entrenará a tus hijos y a ti a tener una mejor memoria del entorno.
C) Memoria maestra: Otra actividad divertida que te ayudará a mejorar la conciencia de la situación es practicar la memoria. Bourne conocía todos los números de las matrículas de los coches afuera de la cafetería, y tú puedes obtener esa habilidad practicando con una baraja.
3. Orientar: líneas de base, metas y planes de acción
Volverte más observador no es suficiente para dominar la conciencia de la situación. Tienes que saber lo que estás buscando para poner eso en contexto a bien de darle sentido y volverlo una acción concreta. Allí es donde entra la fase Orientar, la cual ofrece tres puntos para ayudar a lograr una conciencia de la situación: 1) parámetros de referencia y anomalías del entorno, 2) modelos mentales del comportamiento humano que estamos buscando y: 3) el plan de acción en función de lo que se observó.
Establece una línea de base a donde quiera que vayas: Cada persona y entorno tienen una línea de base. Una línea de base es el actuar “normal ” en una situación determinada; y será diferente de persona a persona y de entorno a entorno. Por ejemplo, la línea de base en una cafetería, por lo general, implicará a gente leyendo un libro, frente a una laptop o platicando con amigos; por otro lado, la línea de base en un concierto de rock sería música fuerte, gente saltando o balanceando sus cuerpos al ritmo de la música.
Establecemos líneas de base para que podamos detectar anomalías. Según Patrick Van Horne, experto en la conciencia de la situación e instructor del sistema de perfiles del Combate Marino: “las anomalías son algo que no ocurren y deberían, o que ocurren y no deberían. Éstas dirigen nuestra atención a medida que dominamos el entorno.
Así que… el primer paso para orientarnos y establecer líneas de base a bien de dirigir nuestra atención a las anomalías es haciéndonos las siguientes preguntas mentales sobre la marcha:
Preguntas de línea de base: ¿Qué está pasando aquí? ¿Cuál es el estado de ánimo general del lugar? ¿Cuál es la actividad “normal” que debo esperar aquí? ¿Cómo se comporta la mayoría de la gente aquí la mayor parte del tiempo?
Pregunta de anomalías: ¿Qué haría algo o alguien para sobresalir?
4. Busca el comportamiento grupal
Nuestra incapacidad para prestar atención a varias cosas a la vez hace que sea imposible obtener un conocimiento general de la situación. La mente humana sólo puede manejar determinada información en un momento dado. Así, en un ámbito de seguridad personal, donde las cosas se desarrollan de forma rápida y los segundos son a menudo la diferencia entre la vida y la muerte, la forma en que dirigimos nuestra atención es primordial.
En Left of Bang, Van Horne establece seis dominios del comportamiento humano que el Marine de Combate utiliza en el campo de batalla con el fin de determinar rápidamente si alguien es amigo o enemigo; y la categoría más importante de pistas es la kinésica, un área de conducta que implica un consciente y subconsciente lenguaje corporal de las personas. Así, dentro del ámbito de la kinésica tres grupos de lenguaje corporal son de particular interés para la conciencia de la situación: 1) el comportamiento dominante y sumiso, 2) el comportamiento cómodo e incómodo y, 3) el comportamiento interesado y desinteresado.
El comportamiento dominante y sumiso: En general, la mayoría de la gente trata de llevarse bien con los demás, por lo tanto, el comportamiento dominante (gestos y posturas que hacen que una persona se vea más grande para intimidar a otra más pequeña para la sumisión) constituye una anomalía. Sin embargo, si alguien actúa de manera prepotente o autoritaria no necesariamente significa que sean una amenaza; pues el contexto importa. Uno esperaría que un jefe actúe dominante en relación con sus empleados, y a su vez que los empleados actúen sumisos con su jefe; sin embargo el comportamiento dominante de un cliente hacia un empleado no es tan común, y por lo tanto hay que ponerle atención.
El comportamiento cómodo e incómodo: La mayoría de la gente se verá relativamente cómoda en la mayoría de las situaciones. Piense en un autobús o en el metro, pasajeros generalmente relajados mirando por la ventana o leyendo el periódico; por lo tanto, si alguien se ve incómodo se considera una anomalía que merece una atención especial; no obstante eso no quiere decir que sea necesariamente una amenaza (podrían estar en dificultades porque van tarde al trabajo o simplemente oyeron malas noticias acerca de un pariente. Una vez más, es sólo algo para mantener el ojo abierto.
El comportamiento interesado y desinteresado: La mayoría de las personas no presta atención a su entorno. Está demasiado atrapada en sus propios pensamientos o en lo que están haciendo, por lo tanto alguna persona que esté mostrando interés en una persona u objeto más que la mayoría de las personas se considera una anomalía que necesita una mayor observación.
Estas tres agrupaciones lingüísticas establecen líneas de base para cada situación y nos permiten dirigir nuestra limitada atención hacia cosas que son potencialmente más importante o peligrosas. Si el comportamiento de una persona a través de estos grupos se ajusta a la línea de base para una circunstancia particular, se puede casi hasta ignorarlos; no obstante si su comportamiento no se ajusta a la línea de base se consideran una anomalía y no hay que quitarles la mirada de encima.
5. Indicadores de un comportamiento de amenaza
Además de los tres grupos kinésicos anteriores, marines perfiladores de combate enseñan otros comportamientos que podrían aplicarse a situaciones civiles:
Manos sospechosas: oficiales militares y policías suelen comprobar, primero, las manos de toda persona con la que están lidiando. “Comprobando las manos de una persona nos asegura que no está sosteniendo un arma”, escribe Van Horne. Las personas que ocultan una pistola, cuchillo o algún objeto robado a menudo tocan con la palma esa zona para asegurarse de que el objeto todavía está oculto a la vista”.
“Actuar natural“: Es difícil “actuar natural” cuando no estás completamente enfocado en lo que se supone que deberías estar haciendo. Las personas que actúan “natural” parecerán distraídas y más o menos exagerarán sus movimientos. Los insurgentes en Afganistán a menudo tratan de actuar como agricultores cuando están tratando de recopilar información sobre las patrullas militares estadounidenses, y perfiladores de combate marinos están entrenados para buscar a esos “agricultores”.
6. Un plan de acción basado en lo que observaste
Estás en una tienda y ves que un tipo malo con un arma entra; no obstante, como has seguido todos los principios anteriores eres el primero en notarlo. Excelente, pero, ¿qué harás al respecto? Aquí importan los segundos, no tienes tiempo de formular un plan bien pensado; y lo que es más: el estrés del evento embrolla tu pensamiento y tu toma de decisiones. Van Horne sugiere que te hagas la siguiente pregunta: “¿llegaría a un plan de acción?”.
Volvamos al ejemplo de la tienda. Digamos que la anomalía para el que desea crear un plan de acción es “tipo llega con un arma de fuego”. El mejor curso de acción en este escenario depende de ciertas cosas. Y sabiendo lo que estas cosas son, ahora requiere que tengas conciencia de la situación: si el ladrón entró por la puerta principal y tú estás cerca de la puerta de salida, tu mejor acción sería llevarlo a la puerta de atrás. Por otro lado, si entró por la puerta de atrás, cercana a ti, lo mejor sería cerrar inmediatamente la brecha entre los dos e incapacitarlo.
En suma: establecer líneas de base + buscar anomalías + llegar a un plan de acción= conciencia de la situación
7. Conciencia de la situación como una táctica preventiva
La práctica de la conciencia de la situación conlleva mucho tiempo para convertirte en un blanco difícil. Cuando estés fuera de casa, mira alerta. Cuando camines hacia tu coche de noche, ten las llaves a la mano y explora constantemente tu entorno. Cuanto menos vulnerable sea tu mirada, es menos probable que alguien se meta contigo.
Aquí otro tip: ten siempre una linterna cuando camines de noche por calles que no conoces. Ahora tal vez estés pensando que te resulte lo contrario, es decir: que tener una linterna encendida por algún callejón oscuro y desconocido es llamar la atención; sin embargo los tipos malos pensarán que eres un policía (normalmente los policías caminan con linternas) y te dejarán en paz. Si, por el contrario, se acercan a ti, puedes usar la lámpara como herramienta de defensa cegando al atacante para luego atacarlo con el mango.
8. Practica, practica, practica
La conciencia de la situación es un modo de pensar que tienes que cultivar hasta llegar al punto de hacerlo sin tener que pensar en ello. Y para llegar a ese punto hay que practicarlo con regularidad.
A partir de hoy, cada vez que entres a algún lugar, sé consciente y recuerda los puntos de entrada y salida. Comienza observando a la gente y establece líneas de base para encontrar las posibles anomalías (oficina, gimnasio o en una cita). Un vez hecho esto establece planes de acción para esa situación específica y contra una posible amenaza. No te pido que seas paranoico todo el tiempo, sino que seas consciente de todo lo que sucede alrededor.
Hazlo día tras día, y la conciencia de la situación se desarrollará a tal grado que no pensarás intencionalmente sobre lo que ocurre alrededor, sino que se te dará de forma natural. Cuando menos lo pienses, tendrás la capacidad de estar pendiente de todo lo que está pasando.