Ser adulto independiente puede ser un dolor de cabeza, en especial cuando se trata de pagar las deudas. Sin embargo, tener un trabajo estable puede funcionar para salir de estas, aunque un poco de ingenio no está de más.
Después de haber terminado la universidad y conseguir un trabajo, Dylan, un hombre de 33 años, utilizó su pase anual de Six Flags de 150 dólares para comer todos los días durante siete años. Una buena razón para renovar tu pase cada año como lo hizo él.
Cuando Dylan, oriundo de Santa Clarita, California, se dio cuenta de que podía comer dos comidas diarias en el parque y que este tan solo estaba a cinco minutos en coche, vio la oportunidad perfecta para ahorrarse unos cuantos dólares en alimentos y disfrutar de los beneficios de su pase.
Durante todo el primer año, creo que nunca fui al supermercado. Lo cronometré para poder ir allí durante la pausa del almuerzo, volver al trabajo y luego volver a cenar de camino a casa.
—Dylan en un entrevista para Mel Magazine
Ciertamente comer en un lugar así no es nada sano. Durante el primer año, el estómago de Dylan solo recibía hamburguesas, pizza, dedos de pan, papas fritas, sándwiches y refresco de tres a cuatro veces por semana. Pero cuando su esposa se mudó con él, redujo un poco más sus visitas. Sin embargo, todo cambió cuando el menú se modificó y ahora tenía más opciones más balanceadas, como sándwiches de tres puntas, hamburguesas de frijoles y albóndigas sin carne, por lo que aprovechó para ir diario.
Su lugar de comidas se volvió Six Flags. Pero no era sencillo todo el tiempo, pues desde donde dejaba su auto hasta la parte trasera del parque recorría unos cinco mil pasos. En algunas ocasiones hasta le sobraba tiempo para distraerse un rato, pero cuando el parque estaba con demasiada afluencia, tenía que conformarse con las bolas de pollo de la entrada.
Calculo que las perdí unas 150 veces, y con cinco por comida, son alrededor de 750 bolas. No sé si podría volver a comerlas.
Pero ya en el terreno de los adultos, hablemos del dinero. Dylan hizo un ahorro considerable, pues calcula que ha ido a comer a Six Flags no menos de dos mil veces, lo que pone su comida en un precio promedio de 50 centavos. Con sus ahorros pudo pagar el préstamo estudiantil y su boda. Ahora está a punto de comprar una casa y no piensa ir a ninguna parte.