Ranud Prudhome, de 56 años, acudió a un bar en su ciudad, Clermont Ferrand, en Francia, con un objetivo claro: batir el récord de shots bebidos en ese sitio.
La valentía y el deseo de aventura en ocasiones no dejan ver los riesgos de las acciones que estamos por realizar, pues el ingerir una fuerte cantidad de alcohol en un solo momento, puede ocasionar un desastre… y si no hay nadie que nos detenga, ocasiona incluso problemas legales…
El bar Starter en dicha ciudad francesa recibió a Ranud, quien fue atendido por Gilles Crepin, de 47 años y barman del lugar, quien le sirvió ¡56 shots!
Desafortunadamente, al día siguiente de la tremenda borrachera, el valiente murió y Gilles fue acusado por haber permitido que este hombre bebiera tanto…
El récord era de 55 shots, y Ranud, quien se dijo, ya tenía problemas respiratorios y de consumo de alcohol, lo rompió, aunque con ello rompió también su vida.
Los abogados del barman manifestaron que no era responsabilidad de su cliente, quien además es el propietario del Starter, ya que fue la hija del fallecido quien lo alentó a que rompiera este récord, y además, en ningún momento se le obligó a que bebiera tanto.
Por desgracia para Gilles, en Francia está prohibido que en los bares se le sirva alcohol a personas que ya están en avanzado estado de ebriedad, y este era el caso. De hecho, tanto la hija como algunos amigos de Ranud tuvieron que ayudarlo a ir a casa, pues se encontraba muy briago.
Unos instantes después de llegar a su casa tuvieron que llamar a la ambulancia, y unas horas después, falleció en el hospital y el barman fue conducido ante los tribunales.
La hija de Ranud manifestó ante la corte que ella no estuvo presente durante la competencia. Por su parte, los abogados del barman indicaron que “no podemos pedirle un certificado médico a cada uno de los clientes a los que se les sirve en el bar”, esto, ante los señalamientos de que Ranud ya tenía problemas de salud previos.
Asimismo, declararon que realmente el barman no es culpable, pero se buscó castigarlo “para sentar un precedente” y no ocurran nuevos casos posteriormente.
Finalmente, la corte sentenció a Gilles a 4 meses de prisión, y le prohibió trabajar en bares durante un año. A pesar de esto, los abogados anunciaron que su cliente “se encuentra tranquilo con esta decisión”.
Parece que la fiesta no terminó bien para ninguno…