Para nadie debe resultar un secreto que el mundo laboral está cargado de exigencias que poco a poco van mermando la salud de todos, no solo de empleados, sino también de empleadores, jefes o dueños de empresas. Los compromisos laborales en pro de la ganancia consumen los esfuerzos de todos con el fin de lograr un mejor rendimiento. Sin embargo, es difícil lograrlo sin quemar dos o tres cartuchos de empleados. Dan Price es el CEO que declaró no querer ser más parte de este problema, pero ¿a qué se refiere exactamente con esta expresión?
Price nació en un pueblo de Michigan en 1984, fue criado en el seno de una familia humilde y a los 31 años ya era el dueño millonario de Gravity Payments, empresa que procesa pagos con tarjeta. Pero en el 2015 se volvió el centro de atención de todo el mundo, pues decidió invertir en sus empleados y reducir su salario de un millón de dólares para que su equipo pudiera obtener 70 000 dólares anuales.
Según Price, todo fue un súbito despertar de consciencia, pues se dio cuenta de que sus empleados apenas percibían 30 000 dólares anuales, mientras que él generaba ingresos de un millón de dólares. Entonces bajó su sueldo en un 90 por ciento y lo invirtió en los salarios de los trabajadores. Al momento de hacer esta locura fue criticado por todo el ramo empresarial y empleados de la firma que se encontraban descontentos por el aumento monetario que se las había dado a los empleados de menor tiempo en la empresa, pues esto generaría pereza y desinterés en el trabajo. Las jerarquías ante todo.
Sin embargo, a pesar de los pésimos augurios y los señalamientos como tonto o socialista, “la plantilla de empleados se duplicó y el valor de las transacciones que procesa la firma ha pasado de 3 800 millones anuales a 10 200 millones de dólares”, según la BBC. Pero para Price, lo más importante son las cifras con respecto al crecimiento de sus empleados, quienes ahora han podido comprar casa por primera vez, otros han podido saldar deudas universitarias y de otros tipos, y los que ya tienen familia pueden pasar más tiempo con sus hijos, pues lo horarios laborales también se han reducido y el trabajo en casa ha sido promovido. Además, los seguros y las pensiones han mejorado.
Hoy hace seis años aumenté el salario mínimo de mi empresa a 70 000 dólares. ‘Fox News’ me llamó socialista cuyos empleados estarían haciendo cola. Desde entonces, nuestros ingresos se triplicaron, somos un caso de estudio de la Escuela de Negocios de Harvard y nuestros empleados tuvieron un auge 10 veces mayor en la compra de viviendas. Invierte siempre en las personas.
Ahora Dan Price vive de una manera más austera en pro de una mejor calidad de vida para su equipo, que en últimas fechas le ha regalado un nuevo auto Tesla. Las estrategias de Price muestran que los trabajadores se sienten más agradecidos con la empresa y llevan a cabo descuentos para sus ahorros o seguros y reducen su salario para nivelar el de los otros compañeros.
Here's the full video of our employees surprising me with the car five years ago today (many missed haircuts ago)https://t.co/2fltpcWbPa
— Dan Price (@DanPriceSeattle) July 14, 2021
Price ya no quiso ser parte de la desigualdad de ingresos desde que una amiga suya le comentó que no podía pagar el alquiler, pues a pesar de haber servido para la nación en la guerra de Irak, ahora era una empleada con poca percepción salarial. Price se mantiene muy activo su cuenta de Twitter, donde publica duras críticas al sistema organizativo y al modelo empresarial dominante de la plusvalía o la poca retribución al tiempo y trabajo que el empleado invierte en una empresa.
Este empresario se encuentra en un momento en que la vanagloria lo llama, pero se resiste como un santo a querer estar en la lista Forbes. Sin embargo, ve con tristeza que su modelo de negocios no ha sido tan replicado a pesar de mostrar claros resultados y beneficios para todos. Price cree que estamos dominados por la codicia y justo contra eso trata de luchar. Actualmente, el CEO gana el salario mínimo de cualquier empleado de Gravity Payments y acaba de abrir su segunda sucursal en Idaho. Y tú con mentalidad de tiburón penalizando a los repartidores de tu tortillería y restaurante porque quieren ganar un poco más. Ponte al día.