Carlos Slim Helú es uno de los hombres más ricos del mundo y el empresario más forrado en México. Debido a que es tan exitoso, cuando habla de negocios, más vale escuchar lo que tiene que decir y su propuesta sobre las semanas laborales es de lo más interesante.
Aunque parezca extraño, dada su fama de empresario implacable, Carlos Slim defiende desde hace varios años las semanas laborales de tres días. Eso sí, tomando en cuenta días de 11 a 12 horas de chamba y con jubilación hasta los 75 años, lo que aduce que es factible (y de hecho, necesario) porque “seguramente las personas van a a vivir 90 años o más” en el futuro cercano.
Trabajo más enfocado
Slim considera que los nuevos tiempos reclaman estas medidas, o sea, en lugar de trabajar cinco días a la semana, ocho horas diarias, se trabajaría tres días a la semana, 12 horas diarias. El objetivo es “concentrar la productividad y elevar los ánimos de los trabajadores”. Además, con el aplazamiento de 10 años a la edad de jubilación (de los 65 a los 75 años) se busca dar “un respiro” al sistema de pensiones, que actualmente está en crisis y, algunos dicen, al borde del colapso.
Las semanas laborales más cortas son el futuro dados los avances tecnológicos y los tiempos actuales, por lo que propongo una semana laboral de tres días, que sería implementada gradualmente. Esto es posible con las nuevas tecnologías, y aumentar la edad de retiro a los 75 años daría un respiro al sistema de pensiones.
México: muchas chamba, pocos resultados
Es muy probable que Slim tenga razón respecto al esquema laboral que propone o al menos eso es lo que sugieren las estadísticas de tiempo trabajado vs. productividad (producto interno bruto generado por hora trabajada), pues en México laboramos como nadie más, pero no nos envidian nuestros resultados.
En México tenemos el mayor número de horas trabajadas anualmente de entre los 35 miembros de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD), que incluyen a Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y Japón. En promedio se trabajan unas 2255 horas anuales o 47 horas semanales. Sin embargo, nuestra productividad deja mucho que desear, siendo de alrededor de un tercio de la de otros países donde laboran menos horas, notablemente Alemania, Países Bajos y Estados Unidos.
La propuesta de Slim vs. lo que ya tenemos hoy
Ahora lo que tenemos son las jornadas laborales de ocho horas. Hay que entender que ese esquema de trabajo fue fijado por los resultados de las luchas sociales que, a través del mundo y debido al sacrificio de los trabajadores, mejoró las condiciones del empleado, que pasó de ser prácticamente un esclavo a recuperar un poco de su vida.
Sin embargo, la jornada laboral de ocho horas diarias toda la semana fue instituida como contramedida a las jornadas esclavizantes de hasta el doble de las actuales, no con algún plan de productividad o estudio de esfuerzo contra resultados en mente. Por ello no extraña cuando nos dicen que hay formas de mejorar la situación para todos, especialmente con evidencias en mano.
Ventajas de la concentración de horas
Una de las bondades de las jornadas de trabajo más concentradas y el tiempo libre más continuo es que el trabajador puede “recuperar” su vida, dándole oportunidad de atender a su familia y vida personal. Los países más productivos y con menos días laborables semanales son, usualmente, también de los que tienen a los empleados más felices.
En los países más productivos, las ventajas de tener más días libres durante la semana vienen acompañadas de una cultura más amable con el trabajador, a quien se le ofrecen facilidades para equilibrar su vida profesional con la personal, además de que los “pocos días en que se labora” permiten concentrar el esfuerzo de un modo efectivo, redundando en mejor productividad.
Slim no es un “jefe modelo”
Ya con todo dicho y hecho, la verdad es que nos quedamos al pendiente de que Slim haya propuesto las semanas con menos días laborales, pues, a final de cuentas, no logra convencer a sus propios trabajadores de que sus políticas laborales son justas.
¿Acaso el magnate sabe algo que nosotros no? ¿Es algún tipo de trampa o algo peor? ¿Ya se reformó y quiere “regresarles su vida a los trabajadores”? ¿O en serio es una estrategia que mejorará tanto las condiciones de vida de la fuerza de trabajo como la productividad de México? Solo el tiempo lo dirá si su propuesta es aprobada.