Los Simpson son una de las mejores series animadas que pudimos disfrutar, pero después de tantos años de transmisión la calidad de su humor ya no es la misma.
Es triste aceptarlo pero Los Simpson ya no son chéveres. Tal como ellos mismos lo dijeron en su capítulo Detrás de la risa, el programa comenzó muy bien y alcanzó un nivel insospechado de popularidad, pero después comenzó su decadencia y nada ha podido recuperar esos años de gloria, risas y rosquillas.
¿Pero en qué momento preciso ocurrió esta catástrofe? Eso fue lo que se preguntó un admirador británico de la serie, Sol Harris, quien se dio a la tarea de hacer una serie investigación muy seria para descubrir la respuesta a esa incógnita.
Este fanático de la familia amarilla organizó 28 temporadas de Los Simpson en una gráfica para mostrar su nivel de calidad. Según su análisis (muy científico por supuesto), los años dorados de la serie fueron desde la tercera temporada hasta la octava.
En ese lapso de tiempo entre septiembre de 1991 hasta mayo de 1997 se encuentran algunos de los mejores episodios de la serie como La Última Salida a Springfield, Marge en Cadenas y ¿Quién mató al señor Burns?
Pero desde la novena temporada comenzó un terrible declive en la calidad de su comedia y el episodio Vida Prestada fue la declaración definitiva de que el programa no volvería a ser el mismo; incluso este capítulo es considerado por Matt Groening como “su menos favorito”.
A decir de Sol, la temporada trece marcó un punto sin retorno con el estreno del episodio Padres e Hijos el 11 de noviembre del 2001. Incluso en el chiste de la pizarra de Bart de ese capítulo se podía leer “Ya nadie lee estos mensajes” tal vez como una broma de que habían perdido la atención del público.
La película de Los Simpson en el 2007 volvió a elevar los niveles de audiencia de la serie, pero jamás como lo habían hecho con sus primeras temporadas. Esta vieja caricatura ya no fue lo que era y ya desde la temporada 26 había muchos más episodios malos que buenos.
Parece que sus momentos de gloria terminaron, pero siempre nos quedarán los recuerdos de los gratos momentos que pasamos y las grandes carcajadas que nos provocaron sus aventuras… ¿verdad?