Cuando Gepetto y Pinocho quedaron atrapados dentro de una ballena, encendieron una fogata que les permitió escapar del interior del mamífero marino. Pero en la vida real no es tan fácil encender fuego bajo el agua o dentro del estómago de un animal, por lo que cuando Michael Packard fue comido por una ballena, supo que sus días habían terminado. Afortunadamente pudo escapar y solo tres semanas después ya estaba de vuelta en su trabajo.
Michael es un hombre de 56 años que le gusta la aventura. El varón es buceador y mientras realizaba algunas inmersiones para nadar junto a las langostas en Provincetown, Massachusetts, fue tragado por una ballena jorobada de más de 27 toneladas y vivió para contarlo. Solo quedó magullado por el tiempo que pasó en el interior del animal.
El 11 de junio de 2021, Michael salió al amanecer a realizar inmersiones. Según contó al Cape Cod Times, el tiempo que pasa bajo el agua generalmente es de 30 a 40 minutos. Ya había realizado dos adiestramientos exitosos, así que decidió ir por el tercero, pero cuando menos se lo esperó, sintió un fuerte golpe y después una colosal fuerza de arrastre.
Por lo general, hago inmersiones de 30 a 40 minutos. Y luego, en la tercera inmersión, me sumergí y estaba descendiendo hasta el fondo. Y estaba a punto de llegar al fondo. Y simplemente me golpearon. Como un tren de carga… y luego, de repente, se volvió negro.
Michael describe cómo el agua corría su alrededor y todo estaba negro; él se movía en el agua con una gran velocidad mientras su cuerpo sentía una gran presión. Aunque al principio pensó que había sido devorado por un tiburón, después de dio cuenta de que estaba en el interior de una ballena. El varón pudo ver cómo su regulador se cayó y alcanzó a tomarlo y ponerlo en su boca.
Y pensé para mis adentros, ‘Esto es, Michael. Esto es todo. Así es como mueres’. Y estaba 100 por ciento seguro de que… no saldría de esta situación. Era un trato hecho y pensé en mis hijos y mi esposa.
Las esperanzas en esta situaciones son pocas. Michael tenía todas las de perder y terminar con su vida, sin volver a ser encontrado, perdido dentro de una ballena y después, como parte del océano, un final grotesco pero poético. Aunque para su suerte, sucedió algo milagroso. La ballena, que estaba como loca, comenzó a salir y rompió en la superficie, sacudió su cabeza y escupió a Michael en el océano.
El hombre salió volando de la boca del gran animal y cuando cayó, se encontró flotando en el agua con su traje seco con aire. El varón pudo seguir respirando y así salvar su vida. Después de un periodo de recuperación en el hospital y afrontar el peso de casi perder la vida, a Michael solo le hicieron falta tres semanas para regresar a su trabajo.
Estaba mirando hacia el cielo. Estoy j*dido, lo sé, pero creo que voy a vivir.
Por desgracia, esta no es la situación más aterradora que ha vivido, pues lo persiguen los recuerdos de un accidente en avión. Por más increíble que parezca, el mismo hombre que fue tragado por una ballena y escupido también tuvo un accidente aéreo en Costa Rica que casi le cuesta la vida.
Según relata el aventurero, hace 20 años realizaba un viaje cuando su avión se desplomó. Quedó herido y atrapado en la jungla durante tres días. Con el pulmón perforado, cuatro costillas rotas y heridas en la cabeza que requirieron 180 puntos, el hombre pasó largos días en espera de ayuda, pensando en su mortalidad, hasta que fue rescatado y pudo regresar a casa.
Probablemente hubiera aguantado un día más, así que tuve mucho tiempo para pensar en mi mortalidad, así que eso definitivamente fue más trastorno de estrés postraumático que esto.