Hay días, y no llegan muy seguido, cuando el mundo del automóvil se desplaza sobre su eje. Y este, damas y caballeros, es uno de ellos, porque el reino del Veyron como el coche más rápido del mundo llega a su fin, y el usurpador viene de dentro. Sí, el Chiron de 2.6 millones de dólares conserva las proporciones y del sistema de propulsión fundamentales del Veyron, pero es nuevo en todos los aspectos imaginables, y construido para llevar a la física hasta un punto de quiebre.
El Chiron no es un híbrido. A diferencia de sus competidores más cercanos -el McLaren P1, Ferrari Laferrari y Porsche 918-, se basa únicamente en combustibles fósiles. Su motor es un desarrollo del de 8.0 litros W16 quad-turbo del Veyron, y su caja de cambios es una versión reforzada de doble embrague, de siete velocidades, del Veyron, y al igual que este, despliega su inmenso poder por todas las cuatro ruedas.
“Si lo hubiéramos hecho híbrido, le habríamos añadido peso adicional. Experimentamos con paquetes limitados también, porque este coche no tiene ninguna área para poner cosas adicionales, por lo que el estilo tendría que cambiar. Vamos a elevar drásticamente la medida en términos de velocidad máxima, y vamos a aumentar drásticamente la potencia en un 25 por ciento; la aerodinámica es mejor; el comportamiento en carretera es mejor. No necesitamos un híbrido”.
– Wolfgang Dürheimer, CEO de Bugatti
Mientras que el Veyron Super Sport tenía 1183 hp y 1106 libras de torque, el Chiron desarrolla 1479 hp y 1180 libras de torque. Ah, y a una velocidad máxima constante, el Veyron podría descargar su tanque de combustible de 100 litros en 12 minutos, el Chiron puede hacerlo en 9.
Es evidente que esto es un juego de números muy altos, así que aquí está un poco más: acelera de 0 a 100 km/h en menos de 2.5 segundos; de 0 a 200 km/h en menos de 6.5 segundos; y de 0 a 300km/h en menos de 13.6 segundos.
Esto es 2.9 segundos más rápido que un P1, y un segundo más rápido que el Veyron Super Sport. Teniendo en cuenta que un segundo es igual a 300 km/h, es una gran diferencia.
Luego está la velocidad máxima, que Bugatti ha limitado a 420 km/h… nada más… 5 km/h más que el Veyron Super Sport. Bugatti dice hay autos de este tipo sin limitaciones, pero esos solo se usarán para intentar romper el récord de velocidad, por lo que se espera que el Chiron supere los 435 km/h, pero el limitador es una “medida de seguridad para los viajes en carretera”.
La clave, son cuatro turbos más grandes que trabajan en conjunto para ofrecer el máximo para el motor, para entregar el máximo torque, desde las 2000 hasta las 6000 rpm -que es el 70 por ciento del rango de funcionamiento completo del motor-. El sistema de dos etapas solo tenía dos turbos, hasta 3800 rpm; para mejorar la respuesta del acelerador, los cuatro van mucho más allá de eso.
También cuenta con un nuevo sistema de escape de titanio, que ayuda a darle potencia, mediante la reducción de la presión de retorno, en comparación con el Veyron. Hay seis tubos de salida en total -cuatro salen de la espalda y dos apuntando hacia abajo para crear un difusor soplado-; una tecnología de carga aerodinámica probada.
El mecanismo de transmisión del Chiron, es de gran tamaño. Un sistema de refrigeración de aire mejorado, con 60 mil litros de aire por minuto que se bombean a través del motor; mientras que la bomba de refrigeración puede circular otros 800 litros al mismo tiempo. Según Willy Netuschil, jefe de ingeniería, “la gestión de la temperatura es uno de los mayores problemas”. En total hay 10 radiadores embutidos bajo la piel del Chiron.
Un gran poder conlleva una gran necesidad de grandes frenos, por lo que los discos delanteros y traseros ahora son más grandes, de 20 mm; 2 mm más gruesos que el Veyron, y están hechos de silicio de carbono -un material que es tanto más ligero y más resistente a desvanecerse-. Sujetándolos, tiene ocho pistones en la parte delantera y seis pistones en la parte trasera -cada pistón con un diámetro sutilmente diferente para mantener el desgaste del freno.
Los neumáticos ahora son un 14 por ciento más anchos en la parte delantera y un 12 por ciento en la parte trasera. Las llantas delanteras son de 20 pulgadas y las traseras de 21 pulgadas, construidas para soportar fuerzas de otro mundo. Así tiene que ser, ya que cada gramo de caucho se expone a una fuerza centrífuga de 3,800G. Una área de contacto más grande en el camino significa un mejor frenado, aceleración y agarre sobre mojado; mientras que el sistema de tracción en las cuatro ruedas utiliza las diferenciaciones electrónicas en los ejes delantero y trasero, lo que permite un control preciso en el manejo.
El coche más rápido del mundo utiliza un nuevo monocasco de fibra de carbono (cada uno tarda cuatro semanas para hacerse), con un contenido de fibra de carbono trasera y un bastidor auxiliar adjunto para ahorrar 8 kg, en comparación con el Veyron, y aumentar la rigidez. Bugatti afirma que la rigidez torsional está a la altura de un prototipo LMP1, mientras que el nuevo sistema de dirección eléctrica y la suspensión atornillada directamente al monocasco, significa que debe reaccionar a las entradas más rápido que un coche de 1995 kg.
Del Bugatti Chiron solo habrá 500 unidades, con un valor de 2.6 millones de dólares, cada una. En cuanto a los clientes que pudieran adquirir uno, Bugatti los describe como “gente extraordinaria” y “entusiastas de los coches no comunes”. En promedio, estas personas poseen “64 coches, 3 jets, 3 helicópteros y un yate, y conducen 2,500 kilómetros por año en el coche”.
El tipo de multimillonarios que no parpadeará para tener un auto como este, pero sus creadores aclaran que el Chiron no es un proyecto de vanidad; está diseñado para generar una pequeña ganancia. Es un automóvil de halo para el Grupo VW, seguro, pero “también hará una contribución positiva a los resultados del Grupo”.
A partir de ahora, el resto es historia…