A pesar de las alertas y fotografías en las cajas de cigarrillos, así como numerosas campañas por parte de las instituciones de gobierno y privadas, donde se informa de todos los daños que provoca fumar, el mundo entero está lleno de cigarros.
Cuando decides dejar de fumar, y lo logras, casi de inmediato ocurren cambios en tu organismo, y aquí te los presentamos, desde las primeras horas, hasta años después de que dejaste de fumar.
A los 20 minutos
La presión de la sangre y el pulso comienzan a regresar a la normalidad y la temperatura en tus manos y pies empezará a elevarse.
A las 8 horas
En la sangre, los niveles de nicotina y monóxido de carbono se reducen a la mitad. Los niveles de oxígeno suben y regresan a la normalidad, lo que hará que estés más alerta, duermas mejor y te sientas más fuerte.
A las 48 horas
La nicotina y el monóxido de carbono son eliminados del cuerpo. Los pulmones comienzan a limpiar la mucosidad y otros restos del cigarro. Las terminaciones nerviosas vuelvan a crecer y tu sentido del olfato y el gusto volverán a su nivel normal.
A los 3 meses
Se ha mejorado significativamente la función pulmonar y la circulación. Caminar y hacer ejercicio será más fácil y toserás menos.
De 1 a 9 meses
La congestión nasal y la fatiga se han reducido. La respiración se habrá mejorado notablemente, por lo que no tendrás prácticamente ninguna dificultad para respirar.
Al 1 año
El riesgo de padecer un infarto cardiaco se habrá reducido en un 50%.
De 5 a 15 años
El riesgo de sufrir un derrame cerebral se reduce al mismo de un no fumador.
A los 10 años
El riesgo de desarrollar cáncer relacionado con el hábito de fumar se reduce a casi la misma proporción que un no fumador. 60% de los cánceres están relacionados con la alimentación y el tabaquismo.
A los 15 años
El riesgo de desarrollar enfermedad coronaria o sufrir un ataque al corazón se reduce a la de un no fumador. El riesgo de muerte por esta causa, se ha reducido al de un no fumador.