La tristeza y el dolor que nos causa la partida de un ser amado nos puede llevar a demostrar toda la ira y el resentimiento que llevamos en nosotros. El duelo es un proceso importante en la superación de una pérdida y aunque parezca que no hay remedio para toda la pena que sentimos, tarde o temprano, habrá un momento de equilibrio. Esto es lo que nos muestra la serie Afterlife de una manera magistral.
Afterlife fue escrita, dirigida y actuada por Ricky Gervais, quien también es el creador de The Office, y aborda la historia de Tony Johnson, un hombre de mediana edad que acaba de perder a su esposa a causa del cáncer. Desde este evento, Tony tomará su duelo de manera agresiva y nihilista, proyectando toda su rabia y frustración con cualquiera que se le cruce en el camino.
Esta producción británica es una tragicomedia que te hará derramar lágrimas de dolor y alegría al mismo tiempo. El reconocido humor de Gervais se hace presente para aliviar los momentos más tensos o patéticos. Y la verdad es que nos enseña cómo podemos afrontar nuestro proceso de duelo.
El dolor y la rabia de perder a tu compañera de vida
En primer lugar, Tony da el primer paso al volver a salir al mundo luego de la muerte de su esposa. Aunque su actitud es mala, por decir lo menos, esa apertura y contacto con los demás le van enseñando que todos lidian con diferentes pérdidas y miserias, por lo que entiende que debe bajar la intensidad de sus palabras.
El crecimiento de Tony también depende mucho de los videos que su esposa difunta le dejó, los cuales mira siempre. Las apreciaciones sobre el verdadero ser de una persona son de gran valor cuando provienen de alguien amado, por lo que memorar las palabras y momentos junto a tu pareja fallecida pueden ayudar muchísimo para dar salida a toda la rabia que se dirige a otras personas, pero que en realidad reflejan un enojo consigo mismo.
Cuidar de otros para aliviar el vacío
A partir de la segunda temporada, Tony ya puede entablar relaciones con otras personas, aunque el dolor sigue presente y le llega a ráfagas inesperadas que lo hacen sufrir. Sin embargo, encuentra en sus amigos otra forma de cariño que le hace avanzar.
Lo que termina por liberar a Tony es el descubrimiento del amor en las simples acciones que implican ayudar a otras personas, en cuidar de otras personas y atender los problemas de los demás. Tony hace pequeñas acciones como donar pequeñas cantidades de dinero para instituciones benéficas o simplemente acudir a las reuniones con sus amigos.
Ser conscientes de que la muerte es parte de este mundo
Hay un acertijo que la esfinge le pudo haber planteado a Edipo, porque contiene mucha verdad: ¿Qué cosa es a lo que más estamos acostumbrados? Y Edipo respondió: A existir. Nos asombramos tan poco de la singularidad de la existencia que por eso mismo la muerte nos parece atroz, como si la vida no fuera un hecho extraordinario; hay que darle el debido valor a la vida para entender mejor la muerte.
Al final, Tony comprende que el dolor y la pérdida siempre serán parte de la vida, pues también le toca perder a su padre. Quizá, el final donde se le ve desvaneciéndose junto a su perro y su esposa nos enseña que también debemos ser conscientes de nuestra propia muerte y del poco tiempo en el universo que representa nuestra vida.