Hay héroes que no tienen capa… Ni libertad. Estos seis prisioneros le salvaron la vida a un guardia cuando sufría de un ataque al corazón; y ahora, por su valentía, rapidez y astucia, sus sentencias se acortaron.
Los hombres, que están cumpliendo sus respectivas condenas en una prisión en el condado de Polk, en Georgia, Estados Unidos, estaban haciendo sus labores diarias en el patio de la cárcel cuando el guardia colapsó. Las condiciones pudieron haber influido, pues la sensación era húmeda y el calor extremo.
El policía es el encargado de supervisar a estos hombres mientras hacen su trabajo en el patio, cinco días a la semana durante siete horas. Tan pronto como el hombre cayó al suelo, los presos corrieron a darle auxilio. Uno tomó el teléfono del oficial y llamó al número de emergencias, mientras los otros le quitaban de encima su pesado cinturón y chaleco antibalas para que se refrescara, pues al principio pensaron que sufría de insolación y no de un paro cardíaco.
En una entrevista a un periódico local, uno de los hombres, Greg Williams, dijo:
Cuando volvió a respirar lo hacía de manera pesada y muy rápido. En mi opinión no se trata de quién está en la cárcel y quién no; un hombre estaba en apuros y nosotros lo ayudamos.
El guardia, que prefirió no ser nombrado, también hizo una declaración donde reconoció la valentía de los hombres que lo ayudaron:
Pasamos mucho tiempo juntos. Comencé a toser y cada que lo hacía me faltaba el aire y me sentía muy caliente. Fue difícil seguir de pie, hasta que finalmente me desmoroné después de unos minutos.
En ese punto yo intentaba respirar. No estaba pensando mucho, la verdad, solo intentaba tener las cosas bajo control. Ninguno de los muchachos intentó escapar, ninguno hizo nada que no debiera, y lo agradezco.
Como resultado de su heroica acción, no solo se les redujo su sentencia, también se les recompensó con una comida en el jardín donde les llevaron pizza, sodas y postres que fueron proporcionadas por la familia del oficial. Sin duda un buen detalle.
Johnny Moats, alguacil del condado, añadió que en momentos de crisis, los presidiarios siempre muestran preocupación:
Ellos ayudaron en un momento de verdadera crisis, mostrando que se interesan por sus oficiales. Eso habla bien tanto de los policías como de las personas aquí dentro. Ellos se tratan como personas, como familia.
Uno de los presos lo resumió de manera perfecta, y señaló:
Pudimos haber hecho muchas cosas, todo pudo haber pasado, pero pasó lo que era correcto.
Y tiene razón, hacer las cosas de manera correcta tiene sus recompensas.