En estos momentos puede que estés desesperado, en un trabajo de m#$%d@ y crees que la paga o la experiencia no compensan tu esfuerzo detrás de un escritorio.
Antes de tirar todos tus papeles y escupir en el café de tu jefe, deberías de repasar estas preguntas que te ayudarán a decidir si lo que necesitas se puede solucionar con un par de días de vacaciones o un cambio de actitud… o en verdad necesitas empezar una nueva vida.
1. ¿Tu trabajo te compensa?
Esta es la primera gran pregunta si lo que haces no te da placer y cada domingo por la noche tienes pesadillas pensando que al siguiente día laboras y eso te entristece mucho, más que el típico odio que todos tenemos contra el lunes.
Si es así, debes repasar estas preguntas e intenta ser objetivo:
¿Es tu trabajo el que te molesta?
¿O son las horas? ¿La paga? ¿Las circunstancias?
¿Crees que no te estás superando?
¿No te llevas bien con tu jefe?
¿Crees que los ideales de la empresa no están alineados con los tuyos?
¿Te sientes subestimado?
¿Consideras que haces mucho?
¿Piensas que tu trabajo te aburre y podrías hacer otra cosa?
Al responder estas preguntas llegarás a ciertas conclusiones. En primer lugar, al detectar la o las causas que originan tu incomodidad en tu empleo actual, puede que en muchas de ellas no sea necesario renunciar sino reubicarse en otra zona, quizás mantener menos contacto con tu jefe o buscar la oportunidad de un ascenso o un aumento de salario.
Puede ser que en esta primera etapa descubras que lo que te molesta no es tu empleo en sí, sino las circunstancias en las que trabajas. De ser así, recuerda que eres dueño de tus circunstancias y puedes, aunque sea poco a poco, asegurarte de cambiarlas y construirte un panorama positivo en cuanto a tu vida laboral.
2. ¿Puedes encontrar un empleo mejor?
Si ya has decidido abandonar el trabajo porque en el paso anterior encontraste más respuestas negativas que positivas, debes tener en mente que al renunciar habrás de buscar un nuevo empleo, porque (a menos que seas millonario) hay cuentas por pagar.
En este caso, las preguntas se relacionan con tus capacidades y aptitudes para la vida laboral a la que aspiras:
¿En qué quieres trabajar ahora?
¿Cuáles son las oportunidades que tienes?
¿Planeas conseguir un empleo con actividades parecidas al actual?
¿O más bien quieres dar un giro de 180 grados a tu vida laboral?
¿Qué es lo que puedes ofrecer como empleado?
¿O quieres poner un negocio propio?
¿Cuáles son tus ventajas, aptitudes y pasatiempos?
¿Puedes trabajar en algo relacionado con tu empleo actual?
¿Tienes talento para lo que quieres hacer?
¿Es suficiente con tener talento o debes estudiar una nueva carrera?
¿El trabajo actual te dio alguna experiencia aplicable para el nuevo?
En esta parte tienes que ser realmente honesto contigo mismo en cuanto a lo que quieres hacer a partir de ahora para ganarte la vida y ver si, antes de renunciar, puedes encontrar alguna empresa que esté buscando a personas para hacer lo que tú estás ofreciendo.
3. ¿Mi nuevo trabajo me hará feliz?
Por último, te servirá de mucho responder estas preguntas para ver si te conviene el nuevo empleo:
¿Es exactamente igual al anterior?
¿La paga supera la de tu trabajo actual?
¿Tienes más responsabilidades?
¿Piensas que ahí podrás crecer profesionalmente?
¿Te emociona el nuevo empleo?
¿Crees que serás feliz haciéndolo?
Si quieres renunciar y ya tienes una nueva oferta, deberías de responder a conciencia estas preguntas, no vaya a ser que termines involucrado en otro trabajo como el actual. El punto aquí no es ir de trabajo de m#$%d@ en trabajo de m#$%d@, sino encontrar un campo en el que te sientas realizado y por fin hagas lo que en verdad amas.
Sin embargo, puede que a la mitad de este cuestionario descubras que tu trabajo no representa una causa lo suficientemente grande para renunciar, que tras unos cambios puedes conservar tu empleo e intentar crecer en el mismo.
Pero si sientes que no puedes más y que renunciar es la mejor idea que ronda tu mente, al menos encuentra alguna forma divertida para decirle a tu jefe que no volverás nunca más. Puede ser desde una solemne carta de renuncia… hasta un pastel.