La mente es una cosa maravillosa; pero también es una mentirosa que constantemente trata de convencernos de no tomar decisiones que traerían grandes cambios en nuestras vidas.
Si no aprendes a identificar estas excusas y hacerles frente, nunca lograrás cambios. De hecho, el poder que estas excusas ejercen sobre ti son también el motivo por el que fallas constantemente en tus intentos por cambiar. Vamos a exponer las razones que da tu mente cobarde de una vez por todas:
1. No puedo hacerlo
Si hay algo que parece muy difícil, de inmediato pensamos que no podemos lograr el cambio. No creemos en nosotros mismos. Esto puede ser contrarrestado por el hecho de que muchas otras personas sí lo han hecho.
2. Él puede hacerlo, pero eso no aplica para mí
El hecho de que alguien más lo pueda hacer, no significa que podamos, ¿verdad? Buscamos razones para hacernos creer que no podemos: tal vez él puede ser un minimalista porque no tiene hijos; o es un profesional independiente porque no tiene un trabajo de verdad.
Es fácil encontrar excusas: pero ¿por qué no te fijas en las personas que tienen peores obstáculos que tú y han logrado grandes cosas? Abundan las historias de personas con discapacidad o enfermedades, que superaron sus obstáculos para lograr cosas increíbles. Los obstáculos pueden ser superados.
3. Necesito mi ____
Llena el espacio en blanco: necesito mi café: mi queso, mi refresco, mis programas de televisión, mi coche, mi colección de zapatos… Estamos convencidos de que no podemos vivir sin todo eso, por lo que no podemos hacer un cambio, como convertirnos en vegetarianos o comer más sano, o educar a nuestros hijos, o simplificar nuestras vidas.
Estas excusas nos las ponemos diariamente, pero todo es una mentira. No necesitamos nada de eso. Las únicas cosas que realmente necesitamos son alimentos básicos, agua, ropa, refugio y otras personas relacionadas con necesidades sociales. Todo lo demás no es una necesidad real.
4. La vida es para disfrutarse
Claro, la gran mayoría estamos de acuerdo con esta afirmación, pero el problema es el siguiente: se utiliza para justificar todo tipo de comportamiento horrible. Por supuesto que no puedes dejar los Doritos y los Twinkies, porque bueno, la vida es para disfrutarla, ¿verdad? No.
Puedes prescindir de la comida chatarra y seguir disfrutando de la vida. Puedes ejercitarte y disfrutar de la vida. Puedes renunciar a casi cualquier cosa y seguir disfrutando de la vida, si aprendes a ver casi cualquier actividad como algo agradable.
5. Necesito comodidad
Esto también es cierto, pero podemos esforzarnos más en soportar algunas “incomodidades”. Podemos tener un poco de frío, en lugar de estar encerrados para estar a la temperatura perfecta. Podemos hacer ejercicio duro, en lugar de estar tirados en el sofá. Podemos escribir esa cosa que hemos estado postergando -que podría ser difícil, pero podemos intentarlo-.
Cuando nuestras mentes buscan la comodidad, no debemos vencernos: hay que empujar con fuerza para salir de la zona de confort, y comenzar a sentirnos bien con un poco de incomodidad.
6. No sé cómo
Nadie nace sabiendo cosas, pero se puede aprender. Comienza poco a poco y aprende cómo hacer frente a cualquier cambio. Realiza un poco de investigación en línea. Ve algunos videos. Pide ayuda en línea a gente que sabe cómo hacerlo. Esto se puede superar fácilmente con un poco de esfuerzo y práctica. De hecho, si lo haces desde ahora y aprendes un poco a la vez, entonces serás capaz de acabar con esta excusa.
7. Lo haré después
Claro, siempre puedes hacerlo después… pero tendrás la misma flojera de hacerlo. ¿Por qué el después te hará más disciplinado que ahora? De hecho, debido a que estás permitiendo hacerlo ahora, es como construir un hábito de la dilación y, de hecho, será menos probable que tu yo del futuro sea más disciplinado.
Si puedes, hazlo en el momento, a menos que haya algo más importante que lo que necesitas hacer… no digas que no simplemente porque no tienes ganas.
8. Una vez al año no hace daño
Esto es muy tentador, porque es una especie de verdad: una vez no te dañará. Suponiendo que se trata de una sola vez: un bocado de pastel de chocolate; faltar a tu entrenamiento; una hora de ver tv en lugar de escribir. Por desgracia, nunca es en realidad una sola vez.
“Una vez” significa que tu cerebro ahora sabe que puede salirse con la suya con esta excusa, y el siguiente “una vez” lleva a otra, hasta que lo que ibas a hacer una sola vez lo repetirás siempre. Ponte una regla: nunca creerte la excusa de “una sola vez”. Si vas a permitirte algunas cosas, como un pedazo de pastel de chocolate, decide de antemano y construye tu plan (“me voy a permitir una porción del tamaño de un puñado de dulces una vez cada fin de semana”); y respeta ese plan, en lugar de decidir sobre la marcha, cuando tu resistencia es débil.
9. No me siento bien
Bueno, es cierto, tal vez no tienes ganas de trabajar duro, pero, ¿quién sí tiene ganas? Si te domina la regla de “lo haré cuando me sienta bien”, significará que nunca vas a escribir ese libro; no vas a construir ese negocio; no crearás algo grande; no tendrás hábitos saludables.
Crea un plan que sea factible y ejecútalo. Cuando las racionalizaciones como esta surgen, no les creas. Todo el mundo es capaz de esforzarse, incluso cuando no están con un buen estado de ánimo. Todo el mundo puede superar su resistencia interna.
10. Estoy cansado
Sí, yo también. Pero a pesar del cansancio seguimos haciendo cosas.
Es verdad que hay que descansar, y descansar cuando lo necesites (escucha a tu cuerpo), pero por lo general la mente trae este pensamiento cuando trata de escabullirse de algo incómodo. Hay una diferencia entre estar agotado y necesitar un poco de descanso. Tienes que luchar contra este último.
11. Merezco un premio/descanso
Todos merecemos algo sabroso o un día de descanso. No estoy diciendo que no puedes darte una recompensa. Pero si esta racionalización se convierte en tu regla, siempre estarás en un descanso o en un premio. Siempre te estarás dando recompensas y nunca lograrás cambios.
Lo que debes hacer es basar las recompensas en los logros que has alcanzado en tu plan de cambios. El ir en una carrera no es lo que te debe hacer merecedor de una recompensa: la carrera es la recompensa.
12. ¿No será bueno parar ahora?
De nuevo es nuestra mente que quiere huir de la incomodidad, y por supuesto que es verdad: es bueno parar si te has esforzado demasiado en una zona de incomodidad durante mucho tiempo. La cosa es cunado piensas que es mejor parar “porque sería bueno”… pero eso es una mentira.
Es más fácil parar, pero a menudo es mejor seguir empujando. Esta excusa es común, porque la verdad es que crees que es mucho más agradable parar y no terminar las cosas. Empuja y descubre que es mucho más placentero terminar lo que iniciaste.
13. El resultado no es importante
Si vas a correr un maratón, seguro pensarás: “No es tan importante terminarlo”. Puedes usar esta excusa para el aprendizaje de idiomas (“no importa si no aprendo esto”) o para manejar la computadora, o cualquier número de cosas que quisieras aprender.
Lo puedes utilizar en la escritura, el ejercicio y al momento de comer alimentos saludables. Y mientras que el resultado podría no ser tan importante, la verdad es que el proceso sí es muy importante. Si arrancas un proceso en el que sabes que te irá mejor en el largo plazo, entonces te esforzarás más, pero si te dejas llevar solo porque no te sientes cómodo y en este momento te preocupas más por tu comodidad, tendrás problemas, pues no solo no te importará la meta, sino tampoco el proceso. El objetivo no es importante, pero aprender a esforzarse por terminar las cosas sí lo es.
14. Tengo miedo
Esta es la excusa más honesta que hay, pues la mayoría no quiere admitir que tiene miedo de perseguir algo difícil. Pero también es una forma de detener el paso: solo porque tienes miedo no significa que debes detenerte.
Tú puedes hacerlo. Hay mucha gente que ha realizado miles de cosas que le daban miedo, sobre todo el crear cosas que desde el principio les preocupaba que fallaran. Y aunque a veces el miedo se hace realidad, el acto de empujar a través del miedo es muy importante y aprenderás cada vez a hacer las cosas de mejor manera.
Pero bueno, no solo se trata de ver el lado negativo, veamos ahora cómo revertir estos pensamientos negativos:
Conciencia y Práctica
Todos los pensamientos anteriores seguro que los hemos usado más de una vez en la vida, y se pueden utilizar en el futuro alguna vez, puede suceder: la clave está en saber si son verdad, y en su caso, analizar de dónde proceden. Esto es lo que he hecho:
- Identifica la excusa. Tendrá más poder sobre ti si funciona de forma inconsciente.
- Trata de tener una respuesta anticipada para la excusa.
- Si cedes, está bien, pero hay que reconocer que se está cediendo a una pobre excusa. Sé consciente de lo que estás haciendo.
- Después de ceder, ve cuáles son los resultados: ¿Eres feliz? ¿Tu vida es mejor? ¿Ha valido la pena ceder a las excusas?
- Aprende de esos resultados. Si luchaste y eres feliz con eso, recuérdalo. Si te vencieron las excusas y no te gustó el resultado, también recuerda: si conscientemente practicas este proceso, no creerás estas mentiras, y luego, ¡bam!, tendrás a tu mente trabajando para ti, en lugar de en tu contra.