El parque nacional Band e-Amir es un lugar de ensueño, pues tiene seis profundos lagos azules separados por diques naturales y formados de manera natural en el paisaje árido y central de Afganistán. Pero ahora, el recinto que había sido símbolo de la estabilidad económica y social en el país oriental se ve controlado por el régimen talibán y sus fuerzas armadas.
Un video reciente mostró al mundo lo surrealista de la situación en el país, pues más de una docena de talibanes se divirtieron en el parque nacional subiéndose a las lanchas con forma de flamencos y pedaleando por el agua. La belleza natural del sitio sufrió un fuerte contraste con la presencia de estos militares armados con lanzacohetes.
El video parece ser una toma de “El país de las maravillas” invadido o encontrado por un grupo armado. La situación es tan extraña y surrealista que parece una escena escrita por un Lewis Carroll con visiones provocadas por una sobredosis de hachís o ajenjo. Sin duda, las imágenes de los barbados talibanes causan una sensación igual de siniestra que los elefantes rosas en la pesadilla alcohólica de Dumbo.
Para Alex Dehgan, exmiembro de la Wildlife Conservation Society, este parque es un ícono para la identidad del pueblo afgano porque significa la estabilidad que tuvieron después de vivir entre el caos por más de tres décadas, pues el parque localizado en la provincia Bamiyán fue declarado Patrimonio de la Humanidad y fue inyectado con fuertes sumas de dinero para su conservación y su adecuación como lugar turístico por parte de países europeos como Inglaterra que, por medio de agencias de viajes, movilizaban el flujo de turistas en la región.
Las autoridades internacionales como la UNESCO se encuentran un tanto temerosas de que la zona pueda sufrir daños irreparables como los del 2001, cuando un grupo extremista de el movimiento talibán derribó dos estatuas gigantes de Buda de 1500 años de antigüedad. Aunque el grupo armado ha prometido no dañar las reliquias ni monumentos sagrados, esto no se ha cumplido, pues ya derribaron la puerta de Ghazni con ayuda de una grúa.
La organizaciones internacionales e inversores del parque ven una gran pérdida y expropiación con la presencia del régimen talibán en el parque, pues habían destinado en años anteriores casi 23 millones d dólares a su preservación y acondicionamiento. Un empleado afgano del parque representa bien los temores de los inversionistas al haber declarado:
Cuando alquilo un barco, tengo miedo de pedir dinero a los talibanes. Hay mucha preocupación si pagan o dicen algo. No tengo ninguna esperanza de quedarme aquí. Los talibanes simplemente traen armas e incluso disparan. Las personas y familias que vienen aquí se sienten aterrorizadas y regresan a sus ciudades.
Mientras tanto, el video de los talibanes en lanchas se volvió viral en redes y parece más producto de una instalación artística o performance que de la realidad. La presencia de hombres armados ha transformado este oasis de ensueño en una pesadilla. Incluso en Twitter hay quien comenta que las imágenes bien podrían funcionar como la portada de algún álbum musical.