Salió a la luz un documental de la cadena televisiva ITV donde se revela un video en el que un grupo de médicos de Wuhan, China fue filmado admitiendo que tenían conocimiento de lo peligroso que era el coronavirus cuando comenzó a causar estragos en la localidad y que se les ordenó que guardaran silencio al respecto.
Los profesionales de la salud chinos afirman que sabían sobre las muertes ocasionadas por el virus en diciembre de 2019, pero fue a mediados de enero cuando el país asiático informó por primera vez a la Organización Mundial de la Salud sobre la primer muerte por esta enfermedad.
Este documental contiene imágenes que fueron filmadas en secreto por un periodista civil y muestra a médicos que contemplaron algunos de los primeros casos del virus. También se dieron cuenta de que el microorganismo se transmitía entre humanos, pero los hospitales insistieron en “no decir la verdad” y se rechazaron todas las advertencias para cancelar las fiestas de Año Nuevo Lunar porque las autoridades deseaban “presentar una sociedad armoniosa y próspera”.
Los médicos también afirman que las autoridades conocían los riesgos de estas celebraciones y que los viajes y las grandes congregaciones de gente podrían acelerar demasiado la propagación de la enfermedad.
El testimonio del documental Outbreak: The Virus That Shook The World trasmitido por ITV contradice por completo las negaciones de que China encubrió la epidemia durante los primeros días del brote. La denuncia mediática se produjo en medio de una fuerte presión hacia el país después de que la OMS afirmara que Beijing fue demasiado lento para responder al brote. Mientras tanto, días después, Estados Unidos dio a conocer nuevas declaraciones que indicaban que el virus pudo haberse filtrado de un laboratorio de Wuhan.
Médicos como el Dr. Yi-Chun Lo, especialista en enfermedades infecciosas y subdirector general de los Centros para el Control de Enfermedades de Taiwán, indicó que la gestión de los primeros brotes fue todo un caos, un fracaso y que la pandemia pudo haberse evitado si al principio de todo, China hubiera sido transparente sobre la información del brote, apresurándose a brindar la información pertinente al mundo entero.
El metraje se suma a un ascenso gradual de evidencias en las que China le mintió al mundo entero sobre las primeras etapas del brote, lo que llevó a convertirse en una inminente pandemia.
Fue hasta el 21 de enero de 2020 que la OMS lanzó su primer comunicado referente a la situación del virus, en el que se decía que la enfermedad había infectado por lo menos a 278 personas en China y ya se había esparcido a otros países.
Para esto, en Pekín, China, rechazaron por completo y repetidamente las acusaciones del encubrimiento, afirmando que sí proporcionó información sobre el caso de manera oportuna en cuanto se conocieron los hechos. El gobierno del país asiático se negó rotundamente, lo que llevó a ocasionar las consecuencias que hasta la fecha seguimos lamentando.
Un panel respaldado por la OMS creado en julio pasado después de que países como Australia, molestaron a China al exigir una investigación, alegando que existía la posibilidad de que China y la OMS debieron haber actuado con mayor eficacia durante las primeras señales del brote.
Beijing ha estado sosteniendo y divulgando la noticia de que el brote inicial se ha controlado totalmente gracias a sus líderes, que el virus llegó proveniente de otros países por medio de comida contaminada, además, ha estado resaltando que la economía del Gran Gigante Asiático es la única en todo el mundo que ha crecido durante el 2020, pero otras fuentes indican que las autoridades tuvieron todo el poder y condiciones para poder hacer que el virus no saliera de las fronteras del país.