La resistencia a los antibióticos es uno de los problemas más importantes de nuestro tiempo. Los antibióticos no están funcionando de la manera que solían hacerlo, además la aparición de “super bacterias” podría llevarnos a una era post-antibióticos, donde las infecciones fácilmente tratables se vuelven enfermedades mortales.
Ha habido algunos nuevos descubrimientos recientemente que revelan nuevas formas de evitar ese problema, pero la última revelación, de parte del equipo de investigadores de la Universidad George Mason, es inusualmente esperanzador. Resulta que la sangre de los dragones puede ser utilizada para aniquilar “super bacterias”.
No es una analogía ni parte de la serie de libros Game of Thrones. El dragón de Komodo, con sus dientes diabólicos, tiene una particular mezcla de compuestos en su sangre, que es mortal para un gran rango de bacterias.
Se les conoce como “péptidos catiónicos antimicrobiales”, y aunque muchas criaturas vivientes (incluídas los humanos) tienen versiones de estos, los dragones de Komodo tienen 48, y 47 de ellos son antimicrobianos potentes.
El equipo aisló estos péptidos en el laboratorio con hidrogeles cargados eléctricamente, para succionarlos de las muestras de sangre. Al sintetizar sus propias versiones de ocho de estos péptidos, los enfrentaron a dos “super bacterias” cultivadas en el laboratorio, MRSA y Pseudomona aeruginosa.
Notoriamente, todas las ocho pudieron matar a las bacterias. Siete no dejaron ni un vestigio, haciendo algo que muchos de los antibioticos normales no pueden hacer. La investigación, publicada en Journal of Proteome Research, señala que estos péptidos explican porqué los dragones de Komodo pueden tener una increíble cantidad de bacterias en la boca.
De hecho, esa habilidad de coexistir con baterias tan letales, fue lo que llamó la atención de los investigadores.
“El dragón de Komodo ha demostrado tener propiedades antibacteriales. El rol que los péptidos juegan en la inmunidad innata del dragón es potencialmente, muy informativa, y se identificó como péptidos del dragón de Komodo, y pueden guiar al desarrollo de nuevas terapias antibacteriales”, dice el estudio.
Pasará un tiempo para que puedan probarse en humanos, pero la idea de que se use efectivamente la sangre del dragón, para acabar con enfermedades que están renaciendo, es muy prometedora.