Si bien, Alejandro Benítez no es un deportista famoso, la historia de este argentino es digna de ser contada. Lulo tomó una fuerte pero valiente decisión, abandonó sus sueños como futbolista para donarle una parte de su hígado a su pequeño sobrino, Milo de tan solo nueve meses de edad.
Ahora, el nombre del deportista de 30 años de edad, y jugador del Central Larroque, es conocido por todo el mundo, gracias a su bondadoso acto. Sus compañeros de equipo se dijeron inspirados por su decisión, pues pudieron evidenciar que no solo es un buen delantero y goleador, sino que es un gran ser humano.
Desde su nacimiento, el pequeño Milo tuvo complicaciones que fueron tratadas inmediatamente sin conseguir eliminar una obstrucción biliar, por lo que después de extenuantes exámenes y tratamientos fallidos, el trasplante pareció ser la opción más prudente en este caso.
Se realizaron varios estudios a los familiares, teniendo toda su fe puesta en Natalia, la madre de Milo y hermana de Alejandro. Lamentablemente Natalia no fue candidata, debido a una reciente operación en el corazón. Solo había alguien que podía donar y era compatible: Alejandro.
Cuando me lo dijeron no lo dudé. Tenía claro que debía abandonar el fútbol, pero no me importó. Es más, jamás me voy a arrepentir de lo que hice.
Las cirugías fueron largas y cansadas. Alejandro pasó siete horas en el quirófano, mientras que el pequeño Milo estuvo 12.
Ahora, aunque un poco adolorido, Alejandro Benítez cuenta que la salud de su sobrino va mejorando, y espera que pronto siga sus pasos como deportista:
Milo entró muy mal al hospital, estaba desnutrido, de color verde… Pero ya se está recuperando. Creo que si sigue así, va a terminar jugando en el Central Larroque.
Pero como dicen por ahí, toda acción buena se regresa, y ahora el exgoleador tiene una razón más para recuperarse: su esposa espera a su primer hijo.
Sí, ella está embarazada. Estamos muy contentos, muy ilusionados. ¿Qué vamos a tener? Aún no lo sabemos, ojalá que en la próxima ecografía se deje ver.
A pesar de que esta cirugía no lo obliga a retirarse, es difícil que Alejandro vuelva a las canchas, ya que la recuperación es larga y no le gustaría asumir el enorme riesgo de recibir golpes en la zona afectada.
Sin duda, una conmovedora historia que contará con orgullo a su primogénito. ¡Aplausos para este macho alfa!