Existen muchos tipos de récords mundiales, desde los más absurdos hasta los más osados. El día de hoy te presentamos a Ayanna Williams, de Houston, Texas, quien recibió el récord mundial Guinness en 2017 por tener unas uñas de 5.4 metros en sus manos.
Sin embargo, esta mujer no se conformó con esto y, posteriormente, dejó que sus uñas siguieran creciendo hasta alcanzar una longitud de 7.3 metros. Después de 28 años y romper su propio récord, Ayanna decidió que es el momento de despedirse de esta característica única.
Me he estado cultivando las uñas durante algunas décadas. Estoy tan, tan lista para una nueva vida. Sé que las voy a extrañar, pero ya es hora, es hora de que se vayan.
– Ayanna Williams
Luego de medirlas por última vez, la doctora Allison Readinger, de Trinity Vista Dermatology en Forth Worth, comenzó a cortar las uñas de Ayanna usando una herramienta rotativa eléctrica.
En el video, Ayanna dice que la razón por la que dejó crecer sus uñas hasta obtener el récord mundial fue porque desde muy pequeña le gustaba el arte en estas. Además, afirma que la última vez que se las pintó tardó un par de días y usó tres o cuatro botellas de esmalte para uñas.
También explica que cuando los niños se le acercan, ella les pregunta su edad y luego los sorprende diciéndoles que sus uñas son mucho mayores que ellos, pues tienen unos 28 o 29 años. La decisión que la llevó a cortarse las uñas proviene de las dificultades que implicaba realizar tareas cotidianas. Esto la hizo sentir muy emocionada, ya que implica un nuevo comienzo.
Tengo que ser muy, muy cuidadosa con mis movimientos. Por lo general, en mi mente ya me estoy preparando par el siguiente paso que tengo que hacer para asegurarme de no lastimarme con las uñas o romperlas.
-Ayanna
Ayanna tenía el récord Guinness de las uñas más largas, pero antes de ella hubo alguien más, Lee Redmond, quien logró dejar crecer las uñas de sus manos hasta alcanzar una longitud de 8.5 metros. Desgraciadamente, las perdió cuando se accidentó mientras circulaba en un automóvil. Pero tranquilos, las uñas no se desecharán, sino que serán conservadas para ser exhibidas en el museo de Ripley’s Believe It or Not, en Orlando, Florida, lo que también llenó de alegría y orgullo a la mujer.
Será increíble. Será como una estatua de cera de mí misma, aunque solo sean mis uñas. No puedo esperar a eso, de verdad. Estaré sonriendo de oreja a oreja. Piénsalo bien, es increíble… Con o sin mis uñas seguiré siendo la reina. ¡Mis uñas no me hacen, yo hago mis uñas!
– Ayanna