No son pocos los casos en que los cazadores terminan muertos a manos (o pies o garras o colmillos) de quienes se supone serían sus víctimas… Recientemente, un cazador argentino de nombre José Monzálvez murió en Namibia, mientras estaba en una zona de elefantes.
Y es que cuando un elefante está enfurecido, lo mejor es alejarse lo más rápido posible, eso si te da tiempo, porque a pesar de su enorme tamaño y tonelaje, son muy ágiles.
José, de 46 años, se encontraba en una área privada, de unos 70 kilómetros, al noroeste del pueblo de Kalkfeld, en la nación africana, junto a otro compañero argentino y tres hombres de Namibia. Según dieron a conocer medios locales, el argentino tenía permiso para cazar.
Al estar observando a un grupo de elefantes, uno de ellos se lanzó sobre José, quien era ejecutivo de una empresa petrolera, y antes que pudieran cargar sus armas y dispararle, terminó pisoteando al argentino, quien, derivado de las lesiones sufridas, falleció.
El reporte de los medios indicó que los familiares fueron notificados de inmediato del fatal desenlace del cazador…
Como dijimos, este no es el primer caso, y desafortunadamente no será el único, mientras se siga molestando, no solo a los elefantes, sino a cualquier especie (incluidos los humanos), con el afán de divertirse a costa de su muerte.
Tal vez algún día lo entenderemos…