Caballeros, comencemos por decir que es normal sentir que hay temporadas en que nuestra productividad es baja, disminuye, y no es porque estemos siendo perezosos en el trabajo, sino que no estamos planeando de manera eficiente nuestro tiempo. El día de hoy les hablaremos de un método efectivo que muchas personas han usado y les ha sido de mucha ayuda a la hora de planear su día a día: La Regla de Tres.
¿Qué es La Regla de Tres?, se preguntarán. Según el escritor y consultor de productividad canadiense Chris Bailey, La Regla de Tres puede ser definida de la siguiente manera: “Al comienzo de cada día, antes de comenzar a trabajar, decide qué tres cosas deseas lograr al final del día. Haz lo mismo al inicio de cada semana”.
Este es un concepto simple pero revolucionario. Si bien en realidad es bastante fácil de ejecutar, a continuación te explicaremos su importancia y algunos ejercicios para utilizar La Regla de Tres en su máximo potencial.
Primero que nada, ¿qué es la productividad?
Muchas personas creen que la productividad es la cantidad medible de tareas que se realizaron durante el día, pero esto en pocas palabras es una forma terrible de determinar la productividad, pues se asume que todos nuestros deberes tienen el mismo valor, y no es así.
Por ejemplo, si identificas que tienes quince tareas por hacer en el día, debemos identificar cuál de ellas es realmente importante para hacerla hoy. La productividad no se trata de hacer más cosas, sino de hacer las cosas esenciales y correctas.
Para determinar las tareas importantes necesitas conocer los resultados que deben suceder a corto y largo plazo para tener un día, una semana, un mes y un año exitosos y productivos.
Para dejarlo completamente en claro, la productividad no se trata de la cantidad de tareas que te propones concretar, sino de haber realizado las correctas y cumplir con las más importantes que agregarán un valor a tu trabajo y a tu vida.
Los beneficios de implementar La Regla de Tres
Tan solo por estrategia, siempre será más sencillo lidiar con solo tres tareas importantes que con diez o veinte que te quitarán tiempo de realizar tus objetivos. Al elegir estas tres cosas podrás dedicarles un enfoque mayor para realizarlas de forma correcta y efectiva.
1. Trabajarás de forma deliberada en lugar de reactiva. Mucha gente trabaja en función de la información que recibe a lo largo del día. Sin embargo, cuando se usa La Regla de Tres diseñas tu día a partir de la descripción de tu trabajo, lo que agregará más valor a tu negocio o función.
2. Te mantiene encaminado cuando te desvías. Las distracciones son algo normal, sobre todo cuando no hay un enfoque estructurado. Sin embargo, cuando cuentas con tus tres elementos de alta prioridad, siempre puedes acudir a ellos y saber exactamente qué estás haciendo y lo que debe suceder al final del día.
3. Es un proceso simple. La Regla de Tres es un sistema simple para realizar todos los días y semanas. Lo único que debes hacer es aprender a priorizar las tres cosas más importantes. Esta habilidad la irás perfeccionando con el tiempo, verás que después podrás identificar las prioridades de manera sencilla y organizada.
4. No permite que las cosas sin importancia arruinen la productividad. Podríamos pensar que hacer las cosas más rápidas y menos importantes es una estrategia viable, pues te quitarías de encima esas distracciones. Sin embargo, con la Regla de Tres te darás cuenta que esas tareas probablemente no eran tan necesarias o puedes delegarlas para que no te quiten el sueño.
5. Evita que tú y tu equipo se sientan abrumados. Es mejor que tus superiores o tú mismo evalúen una lista de tres cosas importantes que se realizaron al día, que revisar un montón hechas en un día y sin importancia alguna. Cada semana verán que los problemas grandes están siendo solucionados y siempre habrá algo qué hacer.
6. Si tú eres el jefe, tampoco te sentirás abrumado. Si estás a cargo de un equipo, no querrás darle cientos de cosas que hacer en un día determinado. Proporciona tres resultados primarios, por pequeños que sean, para lograrlos en un día. De esta manera será más probable ver ganancias consistentes y positivas en tus proyectos, y tanto tú y tu equipo no se sentirán sobrecargados ni estancados.
Consejos para aprovechar al máximo La Regla de Tres
Como lo dijimos anteriormente, implementar esta dinámica es simple, solo escribe las tres cosas más importantes que necesitas hacer al día. Sin embargo, aquí te diremos cómo aprovecharlo al máximo.
1. Usa la Regla de Tres no solo para tu día, también para tu semana, tu mes y tu año. Uno de los beneficios más grandes es que esta técnica se puede aplicar a mucho más que para tu día. Planifica tu semana y mes con los tres resultados más importantes para cada periodo. Planifica tus días en función de las acciones más pequeñas para que los resultados a largo plazo se realicen.
2. Utiliza un cuaderno. Seguro que puedes anotar tus prioridades en tus dispositivos electrónicos, pero escribir en papel es mejor porque es más tangible y lo hace más memorable, pues también lo imprimes mejor en tu cerebro. Esta libreta puedes mantenerla junto a tu escritorio, donde puedas verla y te recuerde mejor tus prioridades.
3. Planifica tu día la noche anterior. Para no comenzar el día “a las carreras”, lo mejor es enfocar los últimos 15 a 20 minutos finales de tu día a planificar las tres tareas del día siguiente.
4. Reflexiona. Al final del día (y cada semana, mes y año) reflexiona en tus resultados: ¿Fueron metas realistas? ¿Fui demasiado ambicioso o no lo suficiente? Con el tiempo aprenderás lo que puedes hacer dentro de un periodo determinado.
5. Sé flexible. Si logras terminar tus tres cosas no te limites a dejarlo todo y conformarte. Recuerda que después de los tres elementos aún hay cosas por hacer, así que “no te duermas en tus laureles”, porque eso también puede truncar tus resultados.
Y, bueno, varón, esta simple estrategia de organización puede ayudarte en tu día a día. En lugar de que tu jornada ocurra de forma predeterminada, diseña tu agenda para que todos los días sea algo distinto, y los beneficios son muchos.