Supermercados de Francia ya no podrán tirar ni destruir los alimentos que no puedan vender o con fechas de vencimiento inminentes; ahora deberán donarlos a organizaciones de beneficencia. Ahora frutas, verduras y productos cárnicos, en lugar de irse al bote de la basura, llegarán a la gente más necesitada de ese país.
De acuerdo a una ley que fue aprobada por unanimidad en el Senado francés, los supermercados ahora estarán obligados a firmar un acuerdo de donación con las organizaciones de caridad y bancos de alimentos.
A iniciativa del consejal de Courbevoie -un suburbio al noroeste de París-, Arash Derambarsh, el Parlamento de este país avaló la prohibición para cualquier supermercado, con una superficie de 400 metros cuadrados o más grandes.
Es “escándaloso y absurdo” que los supermercados tiren comida a la basura mientras los pobres y desempleados pasan hambre, dijo el concejal.
Y es que algunos de los supermercados habían estado aplicando medidas para evitar recolectores de alimentos, como verter blanqueadores a los alimentos que desechaban o almacenaban en depósitos cerrados.
“Es muy importante, porque los supermercados estarán obligados a firmar un acuerdo de donación con las organizaciones benéficas; vamos a ser capaces de aumentar la calidad y la diversidad de comida que nos dan y distribuirla. En términos de equilibrio nutricional, actualmente se tiene un déficit de carne y de frutas y verduras. Esperamos que esto nos permita presionar para obtener esos productos. Es muy importante para los bancos de alimentos, porque será una verdadera fuente de productos de calidad, que viene directamente de fábrica”.
– Jacques Bailey, de Banques Alimentaires, una red de bancos de alimentos.
Si las empresas incumplen esta ley, serán acreedoras a multas de hasta 4,200 dólares.
El consejal Derambarsh ahora quiere expandir esta ley a toda la Unión Europea (UE), para prohibir el desperdicio de alimentos en los supermercado.
“El siguiente paso es pedir al presidente François Hollande ejercer presión sobre Jean-Claude Juncker y extender esta ley para el conjunto de la UE. Esta batalla apenas empieza. Ahora tenemos que luchar por los residuos de alimentos en restaurantes, panaderías, comedores escolares y comedores de las empresa”.
El desperdicio de alimentos es un problema grave y global.
En Francia unos siete millones de toneladas de comida son tiradas a la basura cada año, 67 por ciento por los propios consumidores y el resto por restaurantes, tiendas y supermercados; y a nivel mundial se estima que entre 30 y 50 por ciento de los alimentos producidos nunca llegan a ser consumidos.
Según un estudio de 2014 comisionado por la Cámara de los Lores del Parlamento británico, se estima que unos 89 millones de toneladas de alimentos son botados innecesariamente cada año en los países de la Unión Europea en su conjunto, el equivalente a 179 kilos per capita. Y la cifra anual aumentará a 126 millones de toneladas si no se toman medidas.
A nivel mundial, se estima que entre 30 y 50, o entre 1,200 millones y 2,000 millones de toneladas de alimentos nunca llegan al plato, según un informe de 2013 del Instituto de Ingenieros Mecánicos de Reino Unido.
Las cifras contrastan con el número de personas que no tienen suficiente para comer, al menos 795 millones, según cifras divulgadas por la ONU.
Las causas del desperdicio son, de acuerdo al documento, el uso de fechas de vencimiento innecesariamente estrictas, la política de los supermercados de “compre uno, lleve dos” y la exigencia de los consumidores en los países europeos y Estados Unidos por alimentos cosméticamente perfectos.