Su primer encuentro con una colonia de gatos en un refugio fue a los tres años y desde ese momento quedó encantado con estos animales. Ahora Shon tiene cinco y se ha convertido en todo un superhéroe para decenas de gatos, pues es quien se encarga de alimentarlos y de darles una enorme dosis de cariño.
En la ciudad de Filadelfia, Estados Unidos, Kris y Kia son una pareja que tienen más de diez años rescatando y cuidando gatos hasta que logran encontrarles hogar a los que se han adaptado bien a socializar con humanos.
Estos felinos son en su mayoría “salvajes”, que han crecido en las calles, a quienes se esteriliza, se vacuna y se les da alimento. Pero el contacto con los humanos para ellos es difícil, incluso, muchos no permiten que Kris y Kia se les acerquen. Los denominan Kats.
Sin embargo, cuando Shon apareció (es sobrino de los cuidadores), los mininos se acercaron de inmediato a él y lo aceptaron como parte de la manada de poco más de 45 gatos que viven en el lugar, por lo que la pareja decidió invitarlo para que les ayude en el cuidado de los animales.
Kris manifestó en entrevista para Love Meow:
Nosotros los alimentamos y les damos agua dos veces al día. Nuestro sobrino Shon empezó a mostrar interés en ayudarnos a alimentar y cuidar a los Kats hace aproximadamente dos años. En aquella época tenía tres años. ¡Desde el principio ha tenido el toque mágico, los Kats gravitan hacia él! Es muy amable y gentil.
Kris recordó el caso de Bug, uno de estos Kats, a quien ni siquiera habían podido esterilizar porque no se dejaba tocar y además intentaba escapar del refugio cada que tenía oportunidad, a diferencia de su hermana Lady, que son de los inquilinos más antiguos en el lugar.
Pero en cuanto Shon llegó, el desconfiado Bug se acercó a él y se dejó tocar… ¡Vaya que tiene superpoderes este niño!
Ahora Bug está esterilizado y su temperamento ha cambiado tanto, que se ha convertido en el líder de la colonia de Kats.
Para sentir que es todavía más poderoso para ayudar a los felinos, Shon acude regularmente al refugio vestido como alguno de sus superhéroes favoritos, y como contó Kris, conoce muy bien cómo hacer las cosas:
Él sabe dónde va la comida, dónde va el agua, quién obtiene qué, y nunca se olvida de repartir golosinas y caricias en la barbilla de los Kats.
El pequeño Shon no se pierde un solo día sin visitar a sus amigos gatunos, y el cariño entre ellos ha crecido tanto que, cuando por alguna circunstancia no puede acudir al refugio, se pone a llorar.
Su amor por los gatos no solo es en este sitio, sino que en su casa también tiene algunos, como compañeros y fieles guardianes…
Para Shon, los Kats se han convertido en parte de su familia, y según ha dicho, su objetivo es cuidarlos y protegerlos, como lo hace un héroe… De hecho, ya se ha puesto un nombre:
¡Catman!