Un video ha sorprendido a todo el mundo, pues muestra a un hombre metiendo la mano entre un río de metal fundido, que más o menos debe estar a 1000 grados centígrados, ¡sin sufrir daño alguno!
No se trata de ninguna película o de algún truco. Lo que verás a continuación es real, y claro que te dejará con varias preguntas…
¡Pero qué…!
No es cuestión de magia, ni significa que este tipo se ha convertido en un superhéroe… no, tampoco es un X-Men…
Existe algo llamado Efecto Leidenfrost, que sucede cuando una capa de vapor se forma alrededor de un líquido, cuando se encuentra ante una superficie que tiene una temperatura muy por encima de su punto de ebullición, como puede ser una placa de metal calentada a más de 100 grados centígrados.
No es tan complicado; esto quiere decir que si viertes un líquido, como agua, en un metal a gran temperatura, el líquido no se evapora de inmediato, sino que primero se mueve de forma errática por la superficie, hasta que desaparece.
Esto lo apreció el físico alemán Johann Gottlob Leidenfrost, en 1756; luego, Pierre Hippolyte Boutigny estudió este efecto y manifestó que por breves instantes, el líquido alcanzaba “otro estado de la materia”, al que llamó estado esferoidal, lo que separaba al líquido del metal a alta temperatura y así se evita que se evapore de inmediato.
En el caso del obrero, su mano se encontraba humedecida con algún líquido, probablemente agua, lo que creó una “capa protectora” por el vapor, resultado del Efecto Leidenfrost que ya vimos, así que, con movimientos rápidos, es posible salir ileso.
Esto es básico: la mano húmeda y hacerlo todo muy rápido, por ello da esa especie de manotazos al metal, ya que si dejara la mano expuesta más tiempo, la protección no sería suficiente y terminaría con quemaduras muy graves… o sin mano…
Por favor, ya sabemos que parece fácil, pero no lo intentes en casa…