La propina es un tema delicado por donde se le mire, pues muchas veces termina en discusiones debido a que los amigos, familia o pareja nunca no se ponen de acuerdo o no saben cuánto es el porcentaje que se le debe dejar al camarero.
Un mesero del restaurante Ta’ carbón, en Puebla, reavivó la discusión sobre las propinas al subir una foto de una mesa que atendió y que consumió más de dos mil pesos, pero que sólo le dejó siete de propina. El hombre mostró su molestia escribiendo en la fotografía que subió a redes “Vete a…”.
#NosComparten | 🤪 Mesero Poblano exhibe a comensales, por pagar una cuenta de $2,193 y dejarle $7.00 pesos de propina en el restaurante @tacarbon ubicado en Cholula🙆♂️ pic.twitter.com/2uTLEMh9fv
— Rupi Reportero – Noticias de Puebla (@RupiReportero_) July 1, 2021
La publicación de Twitter tuvo una gran respuesta y se volvió la noticia del día. Además, muchos usuarios se mostraron divididos entre los que le daban la razón al mesero, quienes pedían empatía por un trabajo que no siempre es bien remunerado, y los que estaban de parte de los clientes, quienes comentaron que la propina no era obligatoria.
Ambas posturas tenían sus aciertos y errores. Sin embargo, los usuarios comentaron de acuerdo a sus experiencias similares y a juicios de valor, pues hubo quien tachó de corrientes a los comensales que no dejan propina, ignorando las dos grandes verdades que se podían entrever entre los cientos de comentarios. El primero es la precariedad del trabajo en México y el segundo, que según la PROFECO, la propina no es obligatoria, así como tampoco el consumo mínimo.
En general, todos los usuarios se muestran conscientes del abuso y malos salarios que ofrecen los restaurantes hacia los meseros, pero piensan que no se puede hacer nada contra la injusticia, al contrario, que es el apoyo del cliente lo que debe subsanar las faltas administrativas de los establecimientos. Se trata de una polémica que en el fondo expone una resignación general ante las malas condiciones de trabajo en México.
Los siete pesos que le dejaron al mesero como agradecimiento simbólico por sus servicios han sido motivo de indignación. Aunque tampoco se trata de medir las propinas de acuerdo al servicio del mesero, pues su trabajo no debería estar condicionado al agrado del comensal que siempre, y a parte de llegar hambriento, está con un ansia de mandar, ser el centro de atención y tener todo en la mesa lo más rápido posible.
En lo que todos parecen concordar es en la nobleza inherente al oficio, comúnmente expuesto a las calumnias de clientes déspotas y jefes desconsiderados. Al final, el mesero es el que la lleva porque es el mensajero entre la cocina y el comensal. Debería tener un lugar neutral, ser un mero dispensador de alimentos, cumplir con su función sin tener que ganarse los vistos buenos de ambos bandos, pero sigue siendo una figura puesta contra la espada y la pared.