Desde hace cerca de 50 años que las tablas ouija se venden libremente en jugueterías, a pesar de que en muchas películas, como El Exorcista, nos han mostrado que son “peligrosas”, ya que sirven para comunicarse con muertos y con entidades demoníacas…
La popular marca de juguetes, Hasbro, es quien tiene los derechos para comercializarla, y así lo ha hecho, incluso con versiones que han llamado la atención, como una color rosa que fue criticada por “sexista”, pero nunca por ser algo “diabólico”. Un usuario de Twitter compartió una fotografía de esta tabla, y recordó que simplemente se trataba de un juguete.
Aprovecho para recordaros que Ouija es una marca registrada de Parker (ahora Hasbro) y que se vende en jugueterías porque es un juguete. pic.twitter.com/R5F6jkVJP9
— Diego DNM @[email protected] (@DNMRULES) August 28, 2017
Esta versión rosa ya se ha descontinuado, pero hay una variedad de la tabla en otros colores, por un precio aproximado de 19.99 dólares, y si en realidad sirve para despertar demonios o platicar con los muertos, parece muy barato… Aunque las películas nos han mostrado que al final, el precio puede ser demasiado alto.
La recomendación de Hasbro, es que sea usada por niños de ocho años en adelante, y según varios padres en Amazon, sus hijos se han divertido bastante. Ninguno ha referido una posesión demoníaca…
En el empaque de este juguete se puede leer:
¡Entra el mundo de lo misterioso y lo incomprensible con la tabla ouija! Tienes preguntas y el mundo de los espíritus tiene respuestas… ¡Y la extraña tabla ouija es tu forma de conseguirlas! ¿Qué quieres saber? Haz tu pregunta con un amigo y usa la tabla, pero sé paciente y concéntrate porque no se puede apresurar a los espíritus. ¡Trata la tabla ouija con respeto y no te decepcionará!
En las sesiones espiritistas, que eran muy comunes en el siglo XIX, se decía que los muertos se comunicaban a través de golpes en alguna mesa u otro objeto: uno para decir sí y dos para el no. Después, los presentes en la sesión, decían el alfabeto en voz alta, y cuando el espíritu daba un golpe, significaba que debería detenerse en esa letra, y así iban formando el diálogo.
Esto, como habrás de suponer, era muy tedioso, por lo que luego se pensó en apuntar las letras en un papel, y que el espíritu guiara los dedos de un “vivo”, para señalar las letras y así armar más rápido el mensaje que quería transmitir…
A partir de 1891 se empezó a comercializar la ouija, cuyo nombre, según explicó una medium, significa “mala suerte”. Aunque hay una explicación más sencilla: es la unión de la palabra “sí”, en francés (oui) y en alemán (ja).
La primera patente que se registró de este producto, especificaba que es un “juguete o juego”. Varios mediums se quejaron por su aparición y dijeron que era algo peligroso. Muchos lo consideraron como un intento por recuperar a la gente que dejó de ir con ellos y usaban la tabla por sí mismos para hablar con las entidades…
Por ahí de 1919, en la misma caja en que se vendían las tablas, se recomendaba para “parejas”, pues era “una excusa para la proximidad física”, según recoge The Atlantic, es decir, ¡se pretendía usar con fines románticos!
Incluso el artista Norman Rockwell hizo un trabajo sobre la ouija, para retratar “la vida cotidiana en Estados Unidos”:
Fuld Company es quien tenía los derechos en esa romántica época y en 1967, Parker, que fue la creadora de Monopoly y Risk, entre otros populares juegos, compró los derechos para fabricar la tabla.
Al convertirse en Hasbro, ha continuado con la producción, aunque claro, las ventas no son tan elevadas, pues ya muchos prefieren comunicarse por redes sociales que con los espíritus…
¿Pero qué es lo que sucede? ¿Por qué se mueve el puntero de la ouija y señala letras para armar frases, si se trata solo de un juego para niños?
Desde 1890, Joseph Jastrow, un psicólogo estadounidense, se puso a estudiar el tema y creó un aparato que denominó como “automatógrafo”, el cual tenía unas placas, en las que las personas colocaban sus manos, como en el puntero de la ouija, y al mínimo contacto, unas pequeñas bolas de bronce generaban el movimiento, aunque las personas señalaran que “no eran ellos quienes se movían”.
Richard Wiseman, psicólogo, tiene un libro llamado Paranormality, en el que explica todo este proceso histórico que ha tenido la popular, y temida tabla.
Y aclara el misterio sobre el movimiento y las respuestas de la ouija, a lo que denominó “acciones ideomotoras”:
La gente que usaba esas tablas no estaba hablando con los muertos y en comunión con el diablo. Hablaban con ellos mismos.