El terremoto de nueve grados que generó el tsunami en la costa noreste de Japón en el 2011 hizo que la planta nuclear de Fukushima sufriera un accidente el 11 de marzo. Al día siguiente, más de 140 000 personas tuvieron que ser evacuadas debido a los niveles crecientes de radiación en la zona. De este modo, el vasto campo quedó libre para el asentamiento de otros seres vivos.
Desde entonces, la naturaleza ha vuelto a apoderarse de su territorio, en especial los animales, que ahora vagan libremente en grandes extensiones sin ningún control ni peligro. Tal es el caso del jabalí en Fukushima, cuya población ha crecido demasiado y representa un problema para el gobierno de la ciudad, quien llegó a subvencionar a grupos de cazadores para tratar de reducir la población de estos animales.
Tras la tragedia de Fukushima, algunos animales de granja escaparon a los bosques. Entre ellos se encontraban los cerdos, que al parecer se han estado apareando con los jabalíes radioactivos de la zona. La cruza de estas dos especies fue confirmada por los científicos, quienes encontraron material genético perteneciente a cerdos comunes en las nuevas camadas de jabalíes.
Donovan Anderson, investigador de la Universidad de Fukushima, constató la presencia de nuevos jabalíes híbridos a través del análisis de 243 muestras de ADN perteneciente a jabalíes, cerdos e híbridos de mataderos. El científico señaló que el porcentaje de ADN de cerdo es bajo y, por lo tanto, puede ser que la hibridación no se mantenga en el futuro, pues solo un 16 por ciento de los jabalíes estudiados son híbridos, es decir, 31 ejemplares. Sin embargo, la importancia del estudio radica en que describe las formas de vida que las especies adoptan en un entorno abandonado como Fukushima.
Donovan señala a la naturaleza más robusta y fuerte del jabalí como la causa de su dominio y supervivencia. Estos animales emparentados con los porcinos se volvieron los dueños del territorio radioactivo y avanzaron genéticamente, situación que se verá, casi con seguridad, frenada por el regreso del ser humano a la zona. Sin duda se trata de una historia típica de un manga japonés o de una película del Studio Ghibli, cercana a La princesa Mononoke.