El Fidget Spinner es el juguete de moda en varias partes del mundo, por lo que uno pudiera pensar que no solo las tiendas, sino la persona que creó este artefacto ahora debe estar nadando en una alberca de billetes…
Pero no… La realidad es otra. La creadora de esta moda no tiene más dinero que para poder sobrevivir…
Hace 20 años, Catherine Hettinger, de Florida, Estados Unidos, inventó este juguete para su hija pequeña, y así lograr entretenerla. No imaginaba el impacto que su invento tendría luego de ese tiempo.
Seguramente tampoco imaginaba el éxito comercial y las ganancias que perdería, ya que durante ocho años fue la dueña de la patente de su creación, sin embargo, como le cobraban 400 dólares para poder renovarla, y no tenía el dinero, decidió, o mejor dicho, se vio obligada a venderla…
Luego de ver unas imágenes de niños y jóvenes lanzando piedras a un grupo de policías en Israel, esta mujer decidió crear algo que pudiera calmar esa ansiedad y agresividad, y aplicarlo primero con su hija.
También, en 1997 intentó venderle la idea a Hasbro, el gigante de los juguetes, pero la rechazaron. Ahora esta compañía es una de las principales que está vendiendo el Fidget Spinner, por un precio promedio de 5 dólares.
En sus inicios el Fidget Spinner era más parecido a un pequeño platillo volador, y el dedo servía como eje para hacerlo girar. Ahora el diseño es más estilizado y usa elementos metálicos principalmente.
Desde los 80, Catherine empezó a idear el juguete. Una de sus primeras ideas fue crear una “piedra suave” que los niños pudieran arrojar, sin causar ningún daño. Pero luego empezó a desarrollar un juguete giratorio, que ahora está recomendado incluso para algunos desórdenes de ansiedad… Vaya…
En entrevista para The Guardian, la mujer dijo:
Es un reto ser inventor. Solo alrededor del 3 por ciento de las invenciones ganan dinero. He visto a otros inventores hipotecar sus casas y perder mucho. Es difícil.
A pesar de las enormes ventas de este artículo, y de que ella no recibe ni un centavo en regalías, asegura que no se siente mal, al contrario:
A mí me complace que algo que diseñé sea para que la gente disfrute y los divierta.
Su hija Sara sufría de miastenia gravis, que le debilitó los músculos, por lo que no podía salir a jugar ni moverse tanto. Ahora tiene 30 años y para ella fue diseñado este juguete.
No podíamos jugar juntas así que comencé a inventar cosas, luego otras y así fue tomando forma la idea. Los primeros juguetes no eran ni siquiera prototipos, era algo parecido a algo. Más tarde, mi hija comenzaría a jugar con esos objetos de una manera diferente y yo los iba mejorando.
Soy un técnico, no soy una persona que cierra acuerdos multimillonarios. Si hubiera habido dinero o alguien que me financiara cuando inventé el spinner, mi vida habría sido diferente.
Seguramente sí…