La empresa automovilística de origen alemán Porsche ha sabido colocarse en el gusto de todos los amantes de los autos superdeportivos, pues además de su excelente estética, vende autos de muy buena calidad y, por lo tanto, no son nada baratos.
Existen muchos modelos de Porsche que soñamos tener, como el Taycan, valuado en más de 150 mil dólares. Sin embargo, ni este coche ni todo este dinero puede competir con el que te presentamos a continuación.
Hace poco un ejemplar de Porsche de edición limitada que perteneció a Diego Armando Maradona alcanzó el valor de 578 mil dólares en una subasta y aunque es una suma de dinero muy alta, no se compara en absoluto con los 45 millones de dólares que vale el Porsche 911 RSR que perteneció a Pablo Escobar.
El más grande capo de Colombia podía cumplir todos sus caprichos, incluyendo lo referente a su pasión por la velocidad, lo que le llevó a iniciar su carrera como piloto de autos en la década de los 70 abordo de un Renault 4 que después cambió por un Simca 1000 Rallye.
Sin embargo, Pablo se percató de que si deseaba darse a conocer en las pistas de autos, debía hacerlo abordo de un auto que pudiera convertirse en un sinónimo de triunfo, por lo que años después adquirió su famoso Porsche 911 RSR, que en algún momento fue conducido por el astro brasileño de las carreras Emerson Fittipaldi.
Esta maravilla cuenta con muchas bondades que la hacen valer los dos millones 200 mil dólares que Atlantis Motor Group, en Florida, pide por él. Una de las razones más importantes es que en todo el mundo solamente existen 15 ejemplares, lo que la vuelve invaluable.
El Porsche 911 RSR fue fabricado especialmente para la Carrera Internacional de Campeones en 1974, en donde se pretendía reunir 12 pilotos de distintas disciplinas de conducción de autos de carreras para correr automóviles iguales y después definir quién era el mejor de todos.
Por esta razón a la firma alemana se le hizo un pedido de 15 unidades, 12 de ellas fueron para los pilotos a concursar en la carrera y los tres restantes serían repuestos por si alguno de los otros fallaba. De estos autos resaltó el color beige Sahara, que fue el que se le asignó a Fittipaldi, quien ganó el Campeonato de la Fórmula 1 en 1972 y en esta carrera. Además, en la competencia, este piloto alcanzó la pole position, pero tuvo tantas penalizaciones que no logró demostrar todo su potencial como piloto de carreras.
Tiempo después, este maravilloso auto continuó con su reinado arrasando en cualquier competencia de largo aliento como la de 12 horas de Senbrig y la de 24 horas de Daytona. El desempeño de este auto era tan excepcional que no hubo otro piloto capaz de conducirlo que no fuera el brasileño Fittipaldi.
Sin embargo, ese no fue ningún impedimento para que Pablo Escobar lo adquiriera, pero lo usó muy poco, pues tuvo que retirarse de las apariciones en público al convertirse en uno de los narcotraficantes más buscados de todo el mundo.
Cuando Pablo Escobar falleció, las autoridades decomisaron todos sus bienes, entre los que se encontraba el famoso Porsche 911. Ahora el coche se encuentra en Estados Unidos porque el dueño de la escudería Team Penske, Roger Penske, lo adquirió y le mandó hacer una restauración total para devolverle la decoración original que tenía en los 70. Además, le fue colocado el nombre de Fittipaldi a manera de tributo.