Algunos no pueden dejar de lado la mentalidad de tiburón, por eso tratan de comprar propiedades baratas que en un futuro les generen riquezas. Esto solo le ha funcionado a grandes depredadores como Roberto Palazuelos, abogado de profesión, que sólo tuvo que comprar los títulos directamente de los propietarios de terrenos en las playas de Cancún para así evitarse problemas de enfrentamientos con campesinos y reclamaciones de Derechos Humanos.
Pero nadie había intentado poner en práctica los sabios consejos de Palazuelos y menos fuera del planeta. El abogado Izram Ali, de Pakistán, es el visionario que invirtió 148 dólares en comprar cinco acres de terreno en la luna. Sin duda, “El diamante negro” estaría orgulloso de él.
El abogado se apresuró a comprar terrenos en la luna después de darse cuenta de la carrera espacial que libran empresas privadas y gobiernos de distintos países. Por eso depositó inmediatamente el dinero a la empresa Luna Society International, que de inmediato le hizo propietario de cinco predios cercanos al “Lago de los vapores”, zona ubicada al sureste del lado visible de la luna. De esta forma, Azri Alim quedó como dueño de las hectáreas numeradas del 1393 al 1397.
Existen muchas empresas que ofrecen terrenos lunares en Estados Unidos de América. Sin embargo, el espacio exterior no tiene propietario, pues se declaró como patrimonio de la humanidad. El Tratado de las Naciones Unidas para asuntos del Espacio Exterior, firmado por 129 naciones, entre las que destacan China, Rusia, Reino Unido, entre otros, prohíbe explícitamente a cualquier gobierno la reivindicación de recursos celestes, incluyendo los terrenos en la luna.
Lamentablemente, a este hombre aún no le cumplen lo que le prometieron y no creemos que lo hagan. Pero su historia nos enseña a no dejar que la mentalidad de tiburón nos lleve a caer en fraudes y promesas de terrenos imposibles. De por sí, el sitio debería ser fácil de identificar como dudoso, pues su diseño no luce totalmente serio y te recibe con una frase sensacionalista:
Somos la Sociedad Internacional Luna y creemos que es tiempo de dejar de hablar sobre la luna, es tiempo de regresar a los humanos a la luna.
Además, se avalan en una organización igual de dudosa, la ILLA (Internationa Lunar Lands Authorithy), que trata de conseguir derechos sobre el territorio espacial con papeles y certificados escritos a la usanza del oficio notarial del siglo XIX. Entre las zonas que ofrecen para que puedas hacerte de algún terreno se encuentran: El lago de los sueños, El mar de la tranquilidad, La bahía de los arcoíris, Los Alpes lunares, El mar de nubes y El mar de los vapores. ¿ Tentador, verdad?
Por cierto, en el 2020 otro pakistaní compró un cachito de luna para su esposa a través de esta misma organización. Pero, por favor, no hagas como ellos y mejor saca a relucir esa mentalidad de escualo aquí, en el planeta Tierra, claro, sin perjudicar a los demás.