El whisky es una bebida alcohólica que se obtiene a través de la destilación de la malta fermentada de cereales como cebada, trigo, centeno y maíz, para después añejarla en barriles de roble blanco y ser comercializada con un contenido alcohólico de entre 40 y 62 por ciento.
En el mundo de esta bebida también hay unas mejores que otras. La calidad del whisky poco tiene que ver con el precio al que podemos encontrarlo, sino con el sabor y matices que pueden obtenerse. Se debe saber consumirlo, pues este no se toma de golpe, hay que saborearlo, disfrutarlo y comprenderlo, y para eso hay que aprender tanto a beberlo como no dejarnos llevar por algo tan simple como el precio o la botella.
No se trata de pretender ser un experto, sino de obtener la mejor experiencia posible al disfrutar de un buen whisky. Tal vez podrías hasta evitar una horrible resaca al día siguiente.
Lo básico que debes saber acerca del whiskey es que la forma en la que lo hemos escrito no es del todo incorrecta. Whiskey con “e” proviene de Irlanda, mientras que la palabra whisky proviene de Escocia que, según algunos de los expertos más reconocidos, produce el mejor del mundo.
Otra cosa que también hay que tener en cuenta es que esta bebida adquiere un sabor distinto de acuerdo al lugar donde sea producido, por lo que se pueden encontrar whiskies ahumados, frutales o cítricos.
Además, esta bebida se puede hacer con diferentes ingredientes, producción, almacenamiento y envejecimiento, por eso la encontramos como blended, single malt, cask strength, single cast y bouble marrying. Sin embargo, esto no quiere decir que uno sea peor que otro. Todo se trata de gustos personales, por lo que puedes encontrar whiskies muy buenos en cada una de estas categorías. A continuación te presentamos algunos consejos para elegir el mejor para ti.
Beberlo
No tomes whisky en una copa de champaña o martini. Esta bebida debe servirse en un vaso ancho y recto, lo que te permitirá percibir todos sus aromas y apreciar mejor el sabor de la bebida, dos de los tres factores más importantes para identificar un buen whisky. Enseguida te decimos cuáles son estos y cómo identificarlos.
Aroma
Al acercarte el whisky a la nariz, el aroma a alcohol no debe ser demasiado fuerte ni evitar que percibas los otros aromas de la bebida. Un whisky con un olor a alcohol muy penetrante será indicativo de mala calidad, ya que esto significa que durante el proceso de elaboración no obtuvo una buena integración alcohólica.
Sabor
Al dar el primer trago, definirás el sabor del whisky. Independientemente del contenido alcohólico, no debes percibir ningún tipo de irritación en la boca al probarlo, ya que si tomas uno con una concentración alcohólica tan alta que se te llegue a anestesiar la boca, entonces te será imposible disfrutarlo, pues no te sabrá a nada.
Precio
La mayoría de la gente cree fervientemente que entre más costosa sea la botella de whisky, mejor calidad tendrá y que el más barato es totalmente lo opuesto. Es válido pagar un poco más por un single malt de 10 o 12 años, pero también hay límites, pues pagar hasta un millón de dólares por una botella, no garantiza que este sea el mejor de todos.
Recuerda que solo tenemos un hígado y es ahí a donde todo va a parar al final, por lo que conviene que todo lo que ingrese a nuestro cuerpo sea de la mejor calidad, ya que los malos productos siempre nos acarrearán problemas.