Así como en el Quijote o Farenheit 451 de Ray Bradbury, una comisión escolar en Ontario, Canadá, decidió quemar más de 4700 libros, entre los que destacan los cómics de Astérix, Tintín y la historia de Pocahontas, porque según los directivos, estos presentan una imagen inapropiada de los pueblos indígenas.
Providence es la comisión escolar que coordina a las 30 escuelas católicas que implementaron esta quema de textos e imágenes. Más de 4700 obras fueron enviadas al reciclaje o quemadas directamente desde sus bibliotecas. Las autoridades de la comisión consideraron que esos libros se encontraban desactualizados y eran inapropiados, por lo que se deshicieron de ellos en un acto de búsqueda de reconciliación con los pueblos nativos.
Se señaló como responsable a Suzy Kies, presidenta de la comisión, miembro del partido liberal y principal promotora de esta estrategia que “busca una reconciliación con lo pueblos indígenas”. Supuestamente, la comisión estuvo asesorada por algunos integrantes nativos y la propia Kies se declaró con ascendencia indígena, lo que ha sido discutido por diversos medios.
La cadena informativa radio Canadá dio a conocer que en 2019, Kies y la comisión quemaron una pila de libros y las cenizas las usaron para plantar un árbol, argumentando que transformaban “lo negativo en positivo”. Según el diario El país:
El comité halló que estos libros mostraban, entre otros puntos, recuentos históricos erróneos, imágenes racistas y discriminatorias, sexualización y trato irrespetuoso a prácticas culturales. También eliminó los que contenían los términos “indio” y “esquimal”, considerados peyorativos desde hace varios años.
Por su parte, el Ministerio de Educación de Ontario declaró que cada comité es libre de seleccionar sus catálogos bibliográficos. Sin embargo, el propio Justin Trudeau comentó al respecto:
Personalmente, jamás estoy a favor de quemar libros… No me corresponde a mí o a las personas que no son indígenas decir a los indígenas cómo deben sentirse o actuar para avanzar en el tema de la reconciliación.
Diversos medios de Canadá sacaron a relucir que la quema de libros surge justo en épocas electorales y que trata de poner algo de maquillaje sobre el siniestro hallazgo de más de 1200 tumbas sin marcar en distintos terrenos que fueron internados durante el siglo XIX y que mataron a miles de niños. Luego del revuelo causado por la quema de libros, Kies decidió dimitir a su puesto en la comisión de Pueblos Autóctonos del Partido Liberal de Canadá.